sábado, 18 de julio de 2020

GRAFITIS PARA NEANDERTALES DE JORGE RIECHMANN


 

 

 

1

Los poetas

recordaron a los filósofos

que el asombro de existir

 

es tan cotidiano tan inmediato tan sólito

como el frescor del agua

como el verde de las hojas

como tu voz que canta

 

2

Los filósofos

en su cabaña y los erizos

diría Lupe Grande

meditando en su hotel…

Y los poetas, los egodinámicos poetas:

 

adelgazarse, borrarse, desaparecer

 

(zoología recreativa)

 

 

 

A Ñor le sacaba de quicio la cháchara de la autoayuda sobre la “zona de confort”. El problema de la comodidad, sostenía, no es la comodidad: son los privilegios.

 

 

 

Al es lo que hay

le mondamos el es —propone Ñor

echando mano de su navajita de bolsillo

 

y del lenguaje de la claudicación

brota la palabra de la maravilla

lo que hay

(junto con lo que hubo

y lo que podría haber)

 

Lo que hay, eso que nos asombra

a poco que prestemos atención

Lo que hay, eso que nos asombra

a poco que prestemos atención

Lo que hay en nuestro mundo

y también extramuros de la ciudad humana

Lo que hay, espigas y murmullos

y éxtasis y cortinas y juegos infantiles

Lo que hay, la soberanía del hayedo

y el vuelo del colibrí

 

Lo que hay por ejemplo con Santóka:

“Yo, ahora, aquí:/ el azul del océano sin límites”

 

(enfermamos al oír decir “es lo que hay”)

 

 

 

No pensar

en términos sociológicos

más de media hora diaria

 

—se prescribía a sí mismo Ñor

 

(automedicación)

 

 

 

Jorge Riechmann

Grafitis para neandertales

 

Eolas ediciones


No hay comentarios:

Publicar un comentario