lunes, 31 de enero de 2022

UN POEMA TERCERMUNDISTA DE 39 POEMAS DE MIERDA PARA MI PRIMERA ESPOSA DE JUAN ROMERO VINUEZA

 

 

 

 

un poema tercermundista

 

 

 

no se puede huir

de la idea del primer mundo

 

pero el imperio

anula al que está en tercer puesto:

quiebra su voz / destruye su idioma

(o al menos lo intenta)

 

total / no es tan malo ser tercero

eso significa que nosotros

no hemos perdido en la final

 

el segundo puesto quiere decir

que perdiste con el primero

el tercer puesto quiere decir

que venciste al cuarto / ¡hurra!

(un consuelito de principiante / más sea)

 

el tercer mundo se ve expresado geopolíticamente

pero / en literatura / también tenemos

a los tercermundistas:

 

los que no existen en las librerías

los que no son invitados a las ferias

los que no publican con las grandes editoriales

los que escriben en el género menor del momento*

 

yo / por mi parte /

no volveré a ser lo que

alguna vez quise y no pude

 

entiendo perfectamente que

dos condiciones me hacen

tercermundista en este momento:

 

 

1.         ser latinoamericano:

esa manera de vivir informalmente en peligro

 

2.      ser poeta:

esa manera de fracasar y ser socialmente aceptado

¡y hasta venerado!

 

 

 

_________________________________________________

*interprétese este postulado como mejor se comprenda

 

 

 

Juan Romero Vinueza

39 poemas de mierda para mi primera esposa

 

Ediciones Liliputienses


domingo, 30 de enero de 2022

TRES DESLUMBRAMIENTOS Y DOS RECAPITULACIONES DE ÁNGEL GUINDA

 

 

 

 

LAS DESAPARICIONES

 

 

la vida es nuestra.

Nosotros somos de la muerte.

 

(Cuando la luna se va como un borrón

el sol se esparce como un huevo roto.)

 

A cada uno acallará el silencio,

arrasará el olvido a cada uno.

 

¿Desaparecerá todo lo aparecido?

Así fue, así es, así será.

 

 

 

LOS ABANDONADOS

 

 

¡Un árbol asoma la cabeza

por una ventana!

 

(Busca al gorrión que se coló en el piso.

Igual que el cerdo hoza hasta topar la trufa.)

 

De pared a pared, de suelo a techo,

da tumbos el gorrión exasperadamente.

 

¡Un perro atado al aire mira a un gato!

(Desconfían los dos entre las tarascadas

de la velocidad, del ruido, del absurdo.)

 

El árbol, el gorrión, el cerdo, el perro, el gato

somos nosotros, abandonados,

perdidos en la tierra y tan lejos del cielo.

 

 

 

LA HISTORIA

 

 

la poesía me salva

Agustín Porras

 

La vida de la Historia

es la historia de todas las vidas.

 

Nuestro inventario está hecho de mermas.

El orgullo desdeña la suplicación.

 

Vivir es corriente como el curso de un río.

Morir es normal como el anochecer.

 

(La Historia de la muerte no está escrita.)

 

 

 

RECAPACITA acerca de cuanto pensabas hacer y nunca

hiciste, acerca de lo que has hecho sin pensar.

 

Recapacita acerca de los ronquidos del mar, el mar que

se arrodilla igual que un templo en su plagaría más

pequeña.

 

Recapacita acerca de los lagrimones de arena rodando

por el espinazo de las dunas hacia un plato de sed.

 

¡Qué pensarán los muertos!

 

Lo que dicen los muertos repica en el calvario de los

vivos.

 

Y recapacita por qué la vida apunta a la muerte. La

muerte apunta a la vida. La muerte dispara primero.

 

 

 

VEO VOCES por el suelo.

 

Son recapitulaciones.

 

Fui un terremoto de paso.

Una tempestad de paso.

 

Ya, con la edad, me acompaso.

Avanzo pasito a paso.

 

Ahora soy ave de paso.

Ahora soy nube de paso.

 

Todo arrebato es éxtasis.

Qué silencio incandescente.

 

¡Fui amanecer. Soy ocaso!

 

 

 

Ángel Guinda

 

Los deslumbramientos seguido de Recapitulaciones

 

Olifante. Ediciones de Poesía


sábado, 29 de enero de 2022

HAIKUS DE LA CÁRCEL EN 17 SEGUNDOS DE KIRMEN URIBE

 

 

 

 

1

 

 

 

Llego a la cárcel.

Mi primera impresión:

sudor y moho.

 

Kartzelan nago.

Lehenengo zirrara:

izerdi-sunda.

 

 

Suenan cerrojos.

Manchas en las paredes.

La soledad.

 

Sarraila hotsa,

orbanak peretetan.

Bakartasuna.

 

 

Por la ventana,

esa luna que viste

traje de rayas.

 

Leihotik beha,

jantzi marraduna du

iretargiak.

 

 

 

2

 

 

 

Por la mirilla

me susurran los presos:

¿De dónde eres?

 

Behatxulotik

mintzo zaizkit presoak.

Nongoa zara?

 

 

Ni una pregunta.

En este lugar todos

son inocentes.

 

Itaunik ez egin.

Hemen guztiak dira

errugabeak.

 

 

 

3

 

 

 

El mediodía

pasa. La siesta acorta

nuestra condena.

 

Eguerdi oste.

Kondena laburtzen du

siesta goxoak.

 

Sin faltar nunca,

cada tarde, correo:

carta de madre.

 

Faltarik gabe

arratsero da postan

amaren karta.

 

 

Lo más preciado,

tesoro en la prisión,

son las misivas.

 

Preziatuena,

espetxeko altxorra,

gutunak dira.

 

 

Anda enojado

quien no recibió carta.

Vamos, guárdatela.

 

Haserre dabil

kartarik ez duena.

Gorde praketan.

 

 

 

Kirmen Uribe

17 segundos

 

Traducción Gerardo Markuleta

 

Visor


viernes, 28 de enero de 2022

REPRODUCCIÓN UN POEMA DE VIOLENCIA DE BIBIANA COLLADO CABRERA

 

 

 

REPRODUCCIÓN

 

 

Reapropiarse del lenguaje

implica haberlo poseído

y sabemos que nunca fue nuestro.

 

Decir es hacer. Pero no puedo decir

fuera de, antes de, al margen de

su lengua, que es mi lengua. La misma lengua.

 

Lo intento:

Calambre en el estómago. Cremallera rota. Arañazo.

Y tengo miedo de estar creando las escenas

al decirlas,

no revivirlas, sino creándolas.

 

¿Cómo han conseguido que sospeche de mí?

 

Lo repienso:

Gritos. Cadena del bolso arrancada.

Abolladura en la puerta.

Y siento la ansiedad del desgaste,

la duda de la traición.

El mal gusto de una mala película de sobremesa.

 

¿Cómo han conseguido la lealtad a la culpa?

 

Y me detengo:

Temer a cómo suene el relato.

Al fláccido latigazo de la palabra.

Al eco desvirtuado de la sangre.

Temerme a mí, a mi cabeza, a mi angustia.

Al dolor puesto en duda en boca ajena.

Dudar de mí. Dudar del dolor.

Amar el ruido.

 

 

 

Bibiana Collado Cabrera

Violencia

 

La Bella Varsovia


 

jueves, 27 de enero de 2022

SIETE POEMAS DE LAS REALIDADES EFÍMERAS DE CARMEN RAMOS

 

 

 

 

Me he cosido los ojos.

Ahora hay un pespunte entre mis párpados.

He aprendido que es exactamente así como se inventan los límites.

 

 

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Todo lo que decías sonaba a incendio,

Aunque tragaras el barro a puñados,

todo sabía a incendio.

 

Y para qué huir

si los bosques chamuscados,

si el rastro ciego de la ceniza,

si todo es hoguera,

si todo incendio.

 

 

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Se me agarran los días

desde el primer ámbar:

el océano es una cárcel.

 

Aún estoy en la orilla

y ya temo la tempestad.

 

 

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La camisa vieja de la serpiente.

La medusa a la deriva.

La apoptosis.

Petits morts,

petits morts

que acuno para mis pechos.

 

 

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Volver al arañazo —

recordar la zarpa —

invocar al animal —

la uña afilada que divide la piel en dos —

llamar a la bestia por su nombre—

llamar a la bestia por su nombre

y no tener nada más que hacer en todo el día —

invocarlo en sueños —

llamarlo al despertar y esconderte

o dejarle golosinas en su puerta

y luego robar la piedra para el ojo —

robar el agua al océano —

porque el animal te huele la herida

y la reconoce suya

y lo vuelve a hacer —

invocar al animal —

recordar la zarpa —

volver al arañazo —

 

 

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Beber en los charcos.

Conformarnos

con los espejos

mínimos y volátiles.

 

 

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La cabeza en la almohada

y vomitar demonios.

 

 

 

Carmen Ramos

Las realidades efímeras

 

Maclein y Parker