martes, 16 de abril de 2024

EVA FOREST LIBURUTOPIAN AURKESPENA / PRESENTACIÓN EN EVA FOREST LIBURUTOPIA VITORIA-GASTEIZ JUEVES / OSTEGUNA 19:00

 



Como dice Ibon Zubiela / Ibon Zubielak esanez

Ostegunean, Pablo Müller Ritxi Poo eta hirurok, Liburutopian, Gasteizen egongo gara, beste mundu posible batzuk pentsatzera gonbidatzen gaituen poesia batez gozatzeko, kontzientzia kritikoaren poesia. Animatu!
El jueves Pablo Müller Ritxi Poo y yo mismo estaremos en Gasteiz, en Liburutopia para gozar de una poesía que nos invita a pensar otros mundos posibles, poesía de la conciencia critica. Os esperamos!


lunes, 15 de abril de 2024

MIEDO Y LENGUAJE DOS POEMAS DE MARICELA GUERRERO EN EL SUEÑO DE TODA CÉLULA

 







MIEDO



Volvamos al miedo a la sustracción.

Dicen que si vienen por nosotros no nos daremos cuenta.

Dicen que si vienen por nosotros no haré nada por ir a buscarlos.

Dicen que vendrán y cada uno será llevado aparte.

Es como en la película del pez payaso.

Es como en la película de la niña que va a buscar a su mamá al

lado de un extraterrestre.

Es como en E.T. cuando mi papá se quedó en el cine conmigo

mientras mi mamá se salió con mi hermano a aliviarle el miedo.

Es como la vez que pensé que ella no volvería.

Es como cuando me aterraba que en alguna borrachera mi papá

fuera abducido por extraterrestres y no volviera a verlo nunca.

Es como cuando después de decirle a mi mamá que su vestido era

feo, ya no volvió a recogerme a la escuela.

Es como el ave que se tuerce la pata mientras vive una aventura

con un niño al que le dicen Carterito y un anciano, y sus polluelos

lo graznan a lo lejos.

Es como en todos los lugares donde la minería a cielo abierto crea

páramos desolados.


Es como en las unidades de Infonavit y los caseríos que aún no

han terminado de pagarse y sólo quedan cuartos vacíos.


Entiendo que es frío, que aterra como cuando estiras la mano y

tocas una sustancia viscosa y sucia en lugar de una mano cálida.

Entiendo que algo hay que hacer en ese hueco. Que quizá valga la

pena transitar por ese miedo juntos: recolectarlo: tomar muestras

del miedo y observarlas. Abrazarlo hasta que se eche a dormir a

nuestro lado y duerma.


A escasos metros de tu cama hay una luz y una suculenta.


En oxígeno, en enredadera, en aire, en lobo: hay un lenguaje de

biomoléculas y encimas afuera y adentro: respiraciones conjuntas

y sueños de células que devienen en células:


células, siempre se trata de células: de respiración, intercambios,

reproducción y diferenciación.


El animal descansa al lado de tu cama.

Rebufa.


Me da la sensación de que sí entraron todos.



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LENGUAJE



No hay ni lugar ni espacio en que no anduviera

buscando un lenguaje hecho de manos y viento y

nutrientes; en que no estuviera investigando una forma

redonda y conveniente de nutrirlos


de acompañarlos


de estar:


crecer en compañía.




Maricela Guerrero

El sueño de toda célula


Kriller71ediciones


jueves, 11 de abril de 2024

UN POEMA DE MIGUEL CASADO EN DESEO DE REALIDAD POESÍA REUNIDA

 






LLEGAN rojos del calor

y el esfuerzo físico, abren

las ventanas, tosen, lanzan

el chándal a cualquier silla,

y yo les pongo a trabajar sobre Hitchcock,

sus sabidas dosis de ritmos lentos,

el difícil límite entre acción

y pasividad. Hacen ruido,

protestan, pocos minutos después

ya escriben con cara pensativa.

El músculo cerebro es flexible

a esos años y yo lo pruebo

con disimulo, como una forma

admirada de espectáculo.

Para proteger las máquinas

el aula tiene una cerradura

distinta, y la puerta consiste

en un lienzo de metal;

tengo en la mano la llave

con sus filas de agujeritos y evoco

aquella idea: la red de edificios

para un sistema de control: fábrica,

cuartel, cárcel, escuela. Calvo,

rapado, melancólico.

En vez del bolígrafo, embadurna

ahora las mesa el líquido pastoso

de corregir erratas ahora

que nada borra, que todo se superpone.

Nuria x Roberto. Tano x Bumi.

Algunos nombres son conocidos

y la fecha reciente; imagino así la cara

de quien recibe el mensaje.





Miguel Casado

Deseo de realidad

Poesía reunida


Tusquets


miércoles, 10 de abril de 2024

MECÁNICA VEGETAL UN POEMA DE LUIS ARTURO GUICHARD

 





MECÁNICA VEGETAL



El árbol debe de tener un teorema

con el que calcula

cómo bombear la savia

arriba en verano, abajo en invierno.

Uno se imagina al árbol preparándose

para iniciar la migración,

la urgencia del repliegue hacia las raíces,

el alivio de la vuelta a las alturas.

Todo el mundo piensa

que los árboles no tienen prisa,

que son la materia inmóvil personificada,

pero la verdad es que crecen,

como niños recién nacidos,

a fuerza de viajes internos

cada vez más largos.

El árbol se mueve más que nadie

pero no pierde el tiempo

cambiando de lugar,

tiene entre sus anillos

todos los caminos del mundo.

Por eso es que el peor destino para un árbol

es que lo conviertan en barco

y lo lancen a puertos que no necesita

y el mejor, que lo usen para un columpio,

que es como él, todo movimiento

fijo en el mismo punto.

El árbol debe de tener un teorema

que realmente demuestra

la inmortalidad del alma.




Luis Arturo Guichard

Versión aérea


Luces de Gálibo


viernes, 5 de abril de 2024

UN POEMA DE DIN DIN DON DE LUZ PICHEL

 






Un caxato un pauciño un ombreiro, todo o mundo precisa por veces apoiarse en algo aínda que crebe.


Non é certo que en tódalas aldeas teñamos avós contando fantasías porque nalgunhas as metralletas remataron a tódolos avós.


A Lupe gustáballe andar por camiños fragosos, dicía que lle enchían a cabeza de abraios.


Hai quen di que é ben camiñar de costas de vez en cando porque iso axuda a robustecer as vértebras.


A vida síntese (un pardal, cantando), a vida síntese con máis forza subindo aos montes por camiños de cabras.


Costa arriba, ela turraba de min para que non cansase como agora canso.


As pedras dos camiños teñen memoria e saben, e cerran os olliños para mellor lembrar.


Non as avoas morreron na batalla / mais de negro percal revestidas e ao lombo os sachos / foron sen gana quedando de fabular e rezaban e rezeban.


Ás veces un vieiro que parecía doado de andar tórnase unha congostra.


Se as campás soan din din don iso e o sinal de que unha muller morreu.



―――――――――――



Un bastón un palito un hombro, todo el mundo necesita a veces apoyarse en algo aunque se quiebre.


No es cierto que en todas las aldeas tengamos abuelos contando fantasías porque en algunas las metralletas se cargaron a todos los abuelos.


A Lupe le gustaba caminar por caminos difíciles, decía que le llenaban la cabeza de asombros.


Hay quien opina que es bueno andar de espaldas de vez en cuando porque eso ayuda a robustecer las vértebras.


La vida se siente (un gorrión, cantando), se siente con más fuerza subiendo los montes por caminos de cabras.


En las cuestas, ella tiraba de mí para que no me cansara como ahora me canso.


Las piedras de los caminos tienen memoria y saben, y entornan los ojitos para recordar.


No las abuelas en un batalla se murieron / pero en negro percal revestidas y al hombro el sacho / sin ganas se habían quedado de fabular y rezaban y rezaban.


A veces una senda que parecía fácil se transforma en barranco.


Si las campanas suenan din din don, eso es señal de que una mujer ha muerto.




Luz Pichel

din din don y más hortensias azuis

Traducción al castellano de la autora

Ilustraciones de Anxo Pastor

Caligrafía de Chilis Cubeiro


Cartonera del escorpión azul


jueves, 4 de abril de 2024

UN POEMA DE ANTONIO GAMONEDA EN ESTA LUZ POESÍA REUNIDA VOLUMEN 2

 






QUERIDO Ángel: no vas a recibir esta carta que no es una carta.

Es

un pliego de ausencia.


no estás en ti, no fermentas

ni descansas envuelto

en sábanas ni sombras.

Te recuerdo, sin embargo,

lleno de paz.

Ahora, extrañamente,

no estás, pero gritas

en mi espacio arterial.

No lo entiendo.


Y yo,

¿estoy yo en mí? ¿Qué hago yo en este instante? ¿Estoy mirando

el lauro y las glicinas inmóviles?

No

sé. Realmente,

no sé.


Aún conservo la bufanda que con tus grandes manos pusiste en

mi garganta. Fue un día blanco de Lisboa. Yo tenía fiebre. Tú

pensabas en el metal de Villanubla.


¡Cuanta

inocencia!


Morir.


Sucede, sí, pero es sólo apariencia. Tú no lo sabes aunque lo

comprendas. (Necesariamente,

esta es tu única comprensión.)


En fin,

vuelvo a mis términos y a mis extinguidas

eminencias febriles.

Ciertamente,

hacia frío. En Villanubla, ciertamente,

se congela el olvido.


No

tengo nada que decirte.

No

te devolveré tu bufanda.


Tengo aún mucho frío.




Antonio Gamoneda

Esta luz

Poesía reunida

Volumen 2 (1995, 2005-2019)


Galaxia Gutenberg


miércoles, 3 de abril de 2024

TODO EN SU SITIO DE ISA SOLANA

 







No pensar en voz alta para no ahuyentar

a las aves.


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Pasos de amante.

La noche se desliza

hacia el no siendo.


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Una bendita plaga de termitas.


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Ya lo he entendido.

Hay flores que no quieren

ser entendidas.


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Depositar las grandes ideas en un

orinal.


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Esos ciclistas

y el sonido de grava

que los persigue.



Pedaleando

dibujan el camino

que llevan dentro.


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Mesa maciza

con ojitos de bosque.

Gracias, carcoma.




Isa Solana

Todo en su sitio


Luces de Gálibo


lunes, 1 de abril de 2024

TRES POEMAS DE PÁJARO DE TORMENTA DE VANESA PÉREZ-SAUQUILLO

 






no es verdad que haya un hilo

uniendo el corazón de los enamorados.


Cuando tu avión despega, siquiera

en mi imaginación, esa que me anticipa

y multiplica el dolor,

no hay una dulce sensación de unidad,

no hay una seda

firme y frágil

que nos ate a través del espacio,

esa carne picada que mis manos

recogen de las aspas.


Es un tirón brutal en la garganta,

sensación última,

un perro ante la infinidad

de dónde estás ahora

y este necesitar

hasta la extenuación

tu sola compañía que no revela

sedas ni deseo ni nada

firme o frágil

más que un cuello ofrendado,

último golpe de sentidos,

tirón brutal de la correa

y un profundo e incómodo letargo

como mejor expectativa.


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maldita mi coraza si te miraste en ella.

Malditos los barnices del dolor.


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quisiera ser exacta,

hay días en que quisiera,

ciertos días,

ser exacta

como el reloj de la estación,

quisiera, como la prisa, exacta,

del viajero

que no soy yo, quisiera, hay días

exactos, en que quisiera, exacta

como el reloj de la estación,

quisiera no esperarte, ser

inútilmente, quisiera en que quisiera

no estar desesperada, ser, días,

ciertos días

mirando ese reloj

que con exactitud quisiera

aunque no sabe

dónde estás, dónde está

inexcusable mi razón

y en qué estación perdida

días

quisiera

ser

de qué pueblo o ciudad que yo no alcanzo,

cumplido ya el trayecto,

tu reloj habrá dado las nueve

y tu cierras un libro

como el que deposita

un bisturí.




Vanesa Pérez-Sauquillo

Pájaro de tormenta

(El ciclo de la rabia 2001 – 2007)


Prólogo de Luis Bagué Quílez


Hiperión


viernes, 22 de marzo de 2024

PACO IBAÑEZ VERSUS JULIO IGLESIAS UN POEMA DE RAFAEL CALERO PALMA EN LA POESÍA ES UNA PERRA SALVAJE QUE CORRE LIBRE POR EL BOSQUE

 






Paco Ibáñez versus Julio Iglesias



Una mujer desnuda

sobre un catre metálico,

los ojos vendados,

las manos y los pies

amarrados a las esquinas,

fuertes descargas eléctricas

atraviesan su cuerpo,

como rayos

en una tormenta

devastadora.

Se llama Marcia

y está siendo torturada

por agentes pinochetistas

en Villa Grimaldi,

el más aterrador centro

de detención ilegal

de Chile.

Para poder aguantar

el dolor

y las humillaciones

ha ideado un plan:

repetir en su cabeza,

una y otra vez,

la canción de Paco Ibáñez

Palabras para Julia,

que se convierte

en un talismán mágico,

y le da fuerzas

para resistir

el horror

y el sadismo.

Mientras tanto,

sus verdugos

amenizan su barbarie

con canciones

de Julio Iglesias,

a un volumen brutal,

para que los gritos

de la mujer

no atraviesen las paredes

de aquel tenebroso lugar.




Rafael Calero Palma

La poesía es una perra salvaje que corre libre por el bosque


Esdrújula ediciones


jueves, 14 de marzo de 2024

CUATRO POEMAS DE NONI BENEGAS EN ESE ROCE VIVO

 






Y volví a tu tierra,

y serena

¿era tierra o etiqueta?


Puro nombre

pura estepa

llegar allí


esa otra orilla del planeta.


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Y fui mi centro

y viniste


y paseamos

tan heridas


que no hubo

compañía

que separarnos

pudiera.


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Allí anduvimos la lluvia

el fog, la noche, la bruma


el día con su alcancía

la tarde y su revelación

la voz, un desparpajo: puro eco

de otra que me sostiene

como un hilo de balero,


siempre inversa

la versión del cielo cuelga

y la del suelo es nieve o nube,

siempre siempre

despareja,


ni me caigo ni tu flotas

así vamos, vuelve o viene

el espacio en otro espacio.


―――――――――――


Qué dulzor se me atraviesa

qué fragor tu continencia


ahora libre de violencia

ahora pura calma chicha


ya sin tiempo, sin fijeza

en un final que traviesa

diste vuelta a tu favor


y quedaste, pura estela

liberada del reloj.




Noni Benegas

De ese roce vivo


Colección Genealogías


Ediciones Tigres de Papel


miércoles, 13 de marzo de 2024

DECIR DE MARINA OROZA

 







Arranco una pared oscura

de la sustancia luminosa,

es una pared maestra.

Encierro la parte trepadora

de una raíz, arrojo al ataúd

una cadena de espinas.

Évame en paz, es el escenario

de un acto de psicomagia.


No te muevas a no ser que sea

para entrar en ti mismo”.


Y si lo haces tu destino será: huir.

Tendrás que vagar

por calles y montañas,

sin rumbo, despacio

tendrás que andar a tientas

desorientado por las voces

que te persiguen sin descanso.


La tierra, el mar,

el viento y la lluvia.

No hay donde esconderse

de los fenómenos atmosféricos.

Tendrás que decir

lo que no existe,

nombrar de puntillas

hasta el desequilibrio,

decir salvación

de las estrellas.

Decir será cuestión

de vida o muerte.


Si la infancia, dices

en palabras del filósofo,

es la única patria,

si eres parte responsable

de una patria ajena y huyes,

¿La condena es desaparecer

de la tuya propia?


No abandona el lugar

quien está cerda del milagro”.


¿Acaso nacer no fue suficiente?

¿Acaso el milagro está excluido

de semejante acontecimiento?

¿De una invasiva luz en la luz?


Desconocías el poder de tu ausencia,

abriste la jaula sin querer.

Puedo decir por fin tu muerte,

contradecir tu libertad.




Marina Oroza

Decir


Árdora Ediciones