lunes, 31 de octubre de 2022

UN POEMA DE ESPERANDO AL REY DE ESPAÑA DE DIANE WAKOSKI

 

 

 

 

LLEGA UN CARGAMENTO DE MANZANAS

DE GEORGE WASHINGTON

BAJO UNA TORMENTA DE NIEVE

 

para Steve Brown

 

Rosas en la nieve

que me sangran de los dedos me he cortado con una botella rota de clarete

y un vago recuerdo,

de ayer apenas,

de todos los azafranes de primavera,

el azul claro,

el blanco,

la genciana,

el amarillo,

cuya cabeza es mucho mayor que el cuerpo

porque apenas tienen tallo;

se mantienen así mucho más cerca del suelo,

por si nieva en abril.

 

Debo de haberme imaginado las rosas,

pero la sangre no.

La carne crujiente y blanca de las manzanas se revela en la mejilla colorada,

 

¿Y qué ha pasado esta noche en la montaña Thunder?

El Rey de España, al calor de la fogata,

pensaba en salmones, en truchas,

mientras el fuego se avivaba,

las judías hervían en el pote

y la nieve rodeaba también su abril.

 

Me pregunto cómo llevar todo eso a mi vida:

rosas,

la sangre de las rosas,

las primeras flores de la primavera y,

en la nieve de abril, el Rey de España, con su dorado jubón

y un diente de oro, al calor de la fogata,

en los bosques de América.

La montaña Thunder.

Oigo ese nombre a lo lejos

Y, aunque no me revela nada,

suma otra voz.

 

¿Y dónde está George Washington en todo esto?

¿Comiéndose una manzana en alguna parte?

¿Evitando así

la visita del médico?

 

 

 

Diane Wakoski

Esperando al Rey de España

 

Traducción de Eduardo Moga

 

Bartleby Editores


sábado, 29 de octubre de 2022

CUATRO POEMAS DE DIARIOS DE LA ALEGRÍA DE MARÍA GARCÍA ZAMBRANO

 

 

 

 

19 de julio

 

 

La libélula es ninfa

casi toda su vida

adulta breve tiempo

 

símbolo de plenitud.

 

Regresas a la casa con su vuelo

prendido

en la escritura.

 

 

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2 de agosto

 

 

Escucha el balbuceo de la hija

ese lenguaje ya estaba en ti

 

atrévete a amar

su sentido.

 

 

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16 de agosto

 

 

Desear la alegría

no como un mandato

la poderosa llama

de la supervivencia.

 

 

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4 de septiembre

 

 

Cultivar la ternura

la compasión

deliciosamente

como siembras minúsculas risas

que crecen

en los tiestos

y sobreviven

al estío.

 

Cultivar la alegría como jardinera

de lo delicado.

 

(Minúsculas rosas que son risas

en las manos del azar).

 

 

 

María García Zambrano

Diarios de la alegría

 

Sabina editorial


viernes, 28 de octubre de 2022

UN POEMA DE TINTA ROBADA DE ISABEL ESCUDERO

 

 

 

 

Cuando tú vengas, amiga borradora,

y ante mi pizarra te plantes soberana

y todo sea para ti, todo y de golpe,

 

desde aquellos torpes garabatos

hasta estas letras en hileras bien trazadas,

y (más aún) en primorosa redondilla

el nombre propio,

 

lindos dibujos de casitas humeantes,

niños y arbolillos y nubes y sol

y pájaros en vuelo

y padre y madre y

en traje de volantes yo feliz al medio,

 

tantas y tantas cuentas que he ido echando

más que nada por llenar el fondo negro…

 

y tú que vienes y de una manotada

en nube blanca todo me lo ciegas:

pero no, no podrás quitarme

ese dolor a tiza y tinta de mi escuela.

 

 

 

Isabel Escudero

Tinta robada

 

Editorial Pre-textos


jueves, 27 de octubre de 2022

LUNA DE ALAS EN EL CORAZÓN DE LA JUSTICIA UN POEMA DE JUAN LARREA

 

 

 

 

LUNA DE ALAS EN EL CORAZÓN DE LA JUSTICIA

 

 

 

Hará un frío de estatuas visibles

en mis manos el silencio desgreñado

cielo de multitud encogimientos de hombros

y yo estaré        a la puerta           sentado

 

En su lengua materna cuántos árboles

buscarán salvación en la elocuencia del número

cuántos cuartos vacíos gastarán sus espejos

en luchar contra un pueblo desgarrador de nieblas

 

Los látigos del corazón cercado de pájaros lúcidos

domarán el poniente y sus lavas de estupor

un cetro escondido será la medida única

pues yo estaré       a la puerta              sentado

 

La piedra tragará de nuevo todas las formas esenciales

el peso muerto de un niño caerá rodando como un dado

y los errores alojados en la cabeza que se desploma

harán deprisa un yo de su palidez intensa

 

Descalzando sus guijarros para mejor atravesar el hombre

las diademas las rutas los ojos del esplendor

impulsarán la apariencia de saber a cometer crímenes

mas yo estaré         a la puerta         sentado

 

Cuando un ser de plata saliendo de mi imagen de sombra

en previsión de una duda de un quizás de un quién sabe

pesará sin mirarla mi más hermosa tarde de otoño

en los corazones deslumbrados de dos hermanas gemelas

 

Al crecer una de ellas me pondrá de pie

(la otra se desplomará a la puerta)

 

 

 

Juan Larrea

Versión Celeste

 

Edición de Miguel Nieto

Traducción de Gerardo Diego

 

Cátedra


miércoles, 26 de octubre de 2022

UN POEMA DE ÉXITO STELARIS DE MARTA VICENTE ANTOLÍN

 

  

 

 

II.

 

 

Sí: compra de forma extraña.

 

Un ciudadano elabora el ser

en un documento nacional,

se dedica después a la compra

y al aplauso sabio entre las tiendas

donde adquiere panes topográficos

(aunque antes pesa siempre sus migas

en antiguas básculas neutrales.

 

Sí: come de forma extraña.

 

Desde pequeño supo comer:

es una sinergia muscular

que los niños dominan fácilmente.

Por eso no entiende nuestro enfado,

por eso nos mira en la tristeza

y se aferra a la miga, a la última

esperanza posible y perdona.

 

Muere de forma común.

 

En su documento nacional

hay una persona que nos mira

y responde a preguntas con datos.

Un documento de aliento vivo

cruel en su optimismo, pero dulce

la foto de olor anciano, pura

la foto

sosteniendo un estanque.

 

 

 

Marta Vicente Antolín

Éxito Stelaris

Un viaje en la ciudad (sanitaria)

 

La imprenta

 

 


martes, 25 de octubre de 2022

UN POEMA DE VERÓNICA ARANDA EN TATUAJE

 

 

 

 

II

 

 

Aquellas madrugadas en los puertos

de tabernas insomnes

y los acordeones del destierro,

no buscaba a los rubios marineros,

aquellos extranjeros de frondosos tatuajes

que se apoyaban en los mostradores,

y su aliento traía el aguardiente

de las naves errantes y los rostros

de mujeres nocturnas y remotas.

 

No buscaba a esos otros marineros

cuyas promesas se difuminaban

en una despedida inexistente

y siempre se marchaban en las tardes de junio

para no regresar. Quedaba el nombre

como único amuleto de su paso,

junto a aquellas palabras que se dicen

cuando sabemos que el exilio acecha,

que podemos quedarnos o escapar.

 

Los tatuajes quemaban y esas noches

yo buscaba el camino de regreso hacía Ítaca,

las colinas de Roma, la ciudad de Kavafis

o un barco que zarpara a la isla de Safo

 

 

 

Verónica Aranda

Tatuaje

 

Hiperión


lunes, 24 de octubre de 2022

MI AMIGO RODRIGO UN TEXTO DE GSÚS BONILLA

 

 

 

 

«Mi amigo Rodrigo era un currela, trepaba los andamios, se ajustaba los arneses y se colgaba de una cuerda ocho horas al día, todas las semanas, durante muchos años, amarrado a una brocha, con un cubo de pintura, reparaba fachadas y barrotes de metal de las terrazas, en las alturas. Mi amigo Rodrigo, además, era un padre generoso, amante de su hija, y por ese motivo ejercía día a día, de currela. Resbaló, dicen. Accidente laboral, dicen. Mala suerte, dicen. Fatalidad dicen todos. Pero todos saben que vivimos una época muy hija de puta, donde el horror del capital se aprovecha del cansancio de los cuerpos y su precariedad y los daña y asesina. No fue un accidente, sino un asesinato más. Un crimen normalizado. Un nuevo golpe en la nuca del trabajador.

Mi amigo Rodrigo era muchas cosas además, porque nos ha dejado cientos de libros editados, de autoras y autores para muchos desconocidos, pero importantes para él. Publicó poesía, editó fanzines, organizó ferias, recitales, encuentros, multitud de eventos. Generó vínculos de amor, lazos poéticos, ataduras de amistad, con la delicadeza absoluta que sólo el amor al arte es capaz de establecer, sin el ánimo del lucro, con el compromiso de los márgenes y la intemperie, porque creía ciegamente en la subcultura. Obvio, sólo un currela, un obrero, un operario, tiene la capacidad de darse más allá del ámbito profesional.

Rodrigo, mi amigo, no aparecerá en las listas de babel, ni en los renglones torcidos de los suplementos culturales, no tendrá obituario que le digne, no contará con reconocimiento literario alguno, más allá del que le profesamos sus amigos y familia. No tendrá tampoco la medalla por los servicios prestados, el homenaje del mérito al trabajo. Sin embargo, Rodrigo Córdoba, editor valiente, poeta y mago del diseño, amigo y confidente, hermano, cuenta con una legión fraterna, que el solito se encargó de cuidar.

Violetas, hija y compañera, vuestro dolor también es mío, el nuestro, el de todos. Os abrazamos muy fuerte.»

 

 

 

Gsús Bonilla