miércoles, 30 de noviembre de 2022

ROBLE Y ACEBO DOS POEMAS DE LA ESCUELA DE LAS ÓRBITAS DE YAIZA MARTÍNEZ

 


 

 

 

ROBLE

 

 

I

 

La quietud solar del padre inclina

la órbita de los pájaros:

 

le hacen cosquillas a la puerta vieja

las aves pasando

generación tras generación.

 

II

 

Para espantar y proteger,

el padre enseña sus dientes de lobo.

 

Para repartir cucharas de sombra,

se recorta bajo la galaxia

como una puerta negra.

 

III

 

Con el fuego de los estantes

el roble atraviesa los libros;

 

y así permanece abierta

la puerta roja de las estructuras

cuya memoria el padre concede.

 

 

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ACEBO

 

 

I

 

Con el azufre rojo de kermes la madre teje la trama:

 

si las leyendas mecen

al elfo del árbol,

ningún fantasma entrará por el tiro.

 

 

II

 

A veces se prende fuego al acebo

y la luz acaba

en la arquitecta de la mezquita de Sakirin,

en los noventa y nueve anillos

de la lámpara que fabricó para las mujeres.

 

 

III

 

También se puede esperar

la perversión de la leyenda:

que una madre quejica

enrede la luz

y el acebo se adueñe del agua.

 

 

 

Yaiza Martínez

La escuela de las órbitas

 

Libros de la hospitalidad

Olé libros


martes, 29 de noviembre de 2022

TRES POEMAS DE LA MUERTE SIN MAESTRO DE HERBERTO HELDER

 

 

 

 

SI un día de estos no sé parar si enseguida muero,

dijo Emilia David, panadera,

no sé si hacer un poema no es hacer un pan

un pan que se saque del horno y se coma caliente aún por

                                                                                                       [entre las líneas,

un día de estos veo que no voy a parar nunca,

las manos de súbito llenas:

el mundo es sol fuego y pan cocido,

y el fuego es el que da al mundo los fundamentos de la

                                                                                                                             [forma,

pan crecido en las tierras de Francia,

pan corto ahora en estos reinos salados,

si no sé parar si no caigo enseguida allí redonda en el

                                                                                                                      [suelo frío

como si cayese hondo en mí misma,

la mano dentro del pan para comerlo

dijo ella

 

 

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QUERÍA encerrarse entero en un poema

labrado en lengua al mismo tiempo plana y plena

poema en fin donde cupiesen los diez dedos

desde la rueca al huso

para allá dentro quedar escrito derecho e izquierdo

quiero decir: todo

vivo moribundo muerto

la sombra de los elementos encima

 

 

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QUE ningún otro pensamiento me doliera, ninguna

imagen profunda:

noche erguida hasta la última estrella

clavada entre mis ojos ciegos

 

 

 

Herberto Helder

La muerte sin maestro

 

Traducción de José Luis Puerto

 

Ediciones El Gallo de Oro


lunes, 28 de noviembre de 2022

SIENTO QUE ESTA PASTAFROLA ME TIENE QUE SALIR PERFECTA UN POEMA DE LENA DÍAZ PÉREZ

 


 

 

 

siento que esta pastafrola me tiene que salir

     perfecta

todo mi corazón puesto en ella

lo único a lo que le puedo

poner

todo mi empeño ahora

la fuerza de mis manos

la voluntad entera

es a hornear la pastafrola perfecta

huelo la caca de mi gato recién hecha

en su caja la junto y siento que ese olor

es lo mejor que me puede pasar ahora

la junto con una servilleta y la tiro a la basura

para después sacar la basura

pero como ya es tarde no puedo sacarla

el olor va a quedar en la casa

y es lo mejor que me puede pasar ahora

él me mira

me huele como si el oloroso no fuera él

le digo gracias por amarme y ronronea

siento que la pastafrola puede no quedarme

     perfecta

de entrada derretí la manteca, se requería

     pomada

azúcar no tenía más le puse edulcorante:

     28 sobrecitos

él me mira como diciendo

cuándo te vas a acomodar

y yo le digo gracias por amarme

él me dice dame tu pera que quiero dormir

 

 

 

Lena Díaz Pérez

Esta pastafrola perfecta

 

Ediciones Liliputienses

sábado, 26 de noviembre de 2022

TRES POEMAS O UN HOMENAJE DE / A JUAN ANTONIO BERMÚDEZ

 

 

 

MANDAMIENTO

 

 

 

Amar a cada uno por su nombre

en un idioma impar, íntimo código

en el que cada sílaba sea un mimo.

 

Amar a cada cual por la manera

intrépida o celosa de apretar

el paso en la borrasca y por el cúmulo

de discapacidades que lo azoran.

 

Amar a cada prójimo en su fe

por la ráfaga débil que lo surca,

por sus contradicciones, sus bostezos

y el temblor de sus piernas entumidas.

 

Amar a contrapelo, amar a ciegas,

celebrar que tendemos hacia el otro

el pulso, sin que nadie nos lo mande.

 

 

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Aunque las moscas entren / nunca tengas la

boca cerrada

MANUEL PACHECO

 

COMPAÑERO ENEMIGO

 

 

 

Compañero enemigo, nos convocan

los bárbaros tambores, las sirenas

leprosas de la guerra, el olor acre

que reclama genética venganza.

 

Desobedeceremos, cruzaremos

los cuchillos delante de la lumbre

en la tierra de nadie, que es mi tierra,

nuestra tierra sin planos ni alambradas.

 

Y allí compartiremos el arroz

y la perplejidad de estar tan vivos

entre tanto cadáver contagioso.

 

Compañero enemigo, no te mueras,

ni me mates, no huyas, ni te rindas

que tenemos que hablar de muchas cosas.

 

 

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FE EN LA ERRATA

 

 

 

Las flechas desviadas, al final,

aciertan otro blanco;

las derivas desvelan continentes;

alguien huele y adopta

las cartas sin remite.

 

Cada desliz da cuerda,

cada gazapo prende.

 

El día que acudí

al sitio equivocado, a la hora impropia,

allí estaba esperándome

la muchacha más linda

de este baile de locos en desahucio.

 

 

 

 

 

 

Juan Antonio Bermúdez

Compañero enemigo

 

Poesía en resistencia

Libros de la herida


 

viernes, 25 de noviembre de 2022

LA RISA UN POEMA DE DEFENSA PERSONAL DE MARÍA LAURA GUISEN

 

 

 

 

La risa

 

Mi hija

y sus amigas,

sueltan sus risas

al aire,

carcajadas

como pájaros,

las bocas abiertas

sin pudor,

los cuerpos

agitados,

en un temblor

dulce,

todavía infantil.

 

Se recuestan

en el pasto,

intentando atrapar

el último

rayo de sol

de la tarde,

hablan

de amores

recién estrenados,

construyen

cartas astrales,

abrazadas

a los caprichos

del sol,

y las estrellas.

 

Las observo

a la distancia.

Me gustaría

imaginar,

que las siluetas

luminosas

de sus risas

son una foto

tomada

a contraluz.

Un talismán,

dispuesto

a desafiar,

el roce

del tiempo.

 

 

 

María Laura Guisen

Defensa personal

 

Ediciones Liliputienses


jueves, 24 de noviembre de 2022

UN FRAGMENTO DE FISTERRA DE DAVID ARGÜELLES

 

 

 

 

Detrás de las nubes no hay nada

no está el paraíso

Alguien al principio del mundo

debió dejarse una ventana abierta

y entró la niebla

 

Eran las terribles tardes continuación de las horribles mañanas

 

Parecemos unidos todos juntos haciendo pis

Cuando hay niebla la meada se pierde en el vacío

desconocemos su final Cada uno supongo imagina

el suyo Yo no estoy seguro de nada me cuesta retornar

Suelto una risa estúpida como si se escapase la vida

 

Ya desde la mañana Antonio se nos echó a llorar y le mirábamos dar de

manotazos al

aire No había consuelo Todos sabíamos que las moscas venían al hedor de la

muerte

 

Algo malo han debido hacer aquellas montañas

Las han rapado y muestran ahora sus grandes frentes

 

No era de gorriones ni de vencejos ni tordos o golondrinas

No era si quiera un nido de cuco o cigüeña Aquel que despuntaba

en el risco cuidaba polluelos de ametralladora

 

Siempre te me apareces en el mismo sueño

fumando tranquilo

mientras te pinchan con bayonetas

Piso las hojas caídas porque sé que abajo se esconden las hormigas

Es raro poder abrir los ojos

es raro vivir

Ahí la infinita visión de la tierra la selva el mar el desierto ropa interior

desciendo por un caudal vacío

conocí el remanso entre tus piernas

y no me dejaba pasar el guardia para saber de ti

 

Arturo se dejó caer Ya no quiso seguir Los cuervos le llegaron del cielo en

forma de

patadas y puñetazos Le quebraron todos los huesos Sonaban como un

órgano de iglesia

obstruido

 

Un tercio de la población éramos ratas y piojos

Limpiar España limpiar España

Inmenso campo de concentración

 

Lo peor no fue morir sino hacerlo tarde

cuando ya la sangre de los de al lado

volaba más aprisa que las balas

 

Alguien abandonó unas hojas escritas

Alguien las arranco de un cuerpo como si fueran brazos

Nada tienen que ver en esto las hormigas

que se turnan en su jornada para leer lo escrito

 

[…]

 

 

 

David Argüelles

Fisterra

 

Poemas (in)surgentes

La Vorágine