miércoles, 27 de septiembre de 2023

PARA NO ESTAR SOLA UN POEMA DE TZVETA DÉLCHEVA EN POSIBILIDADES ABIERTAS

 


 

 

PARA NO ESTAR SOLA,

voy al cine

y estoy sola en la sala con otros dos o tres,

 

voy al teatro

y estoy sola con las lágrimas, sola con las risas,

 

leo libros

y estoy sola en la vida de los inventados,

 

veo la televisión

y estoy sola en todo el mundo, de verdad,

 

entro en varios cibersitios

y estoy sola con la ilusión de no estar sola,

 

salgo de excursión

y estoy sola en los sitios de los enamorados,

 

me quedo en casa

y estoy sola con el efecto de un cielo estrellado,

 

escribo en domingo

y estoy sola de nuevo en mis recuerdos,

 

vivo con la esperanza de no estar sola

con una soledad alrededor del cuello,

 

con tantísima soledad

para encubrir la soledad.

 

 

 

Tzveta Délcheva

Posibilidades abiertas

 

{poemas escogidos}

 

Traducción de Reynol Pérez Vázquez

 

Ril Editores


martes, 26 de septiembre de 2023

TRÍPTICO DE PAISAJES ÍNTIMOS PALENTINOS DE PEDRO BERMEJO EN LA TIERRA Y LA NADA UNA ANTOLOGÍA DE LA ESPAÑA DESPOBLADA

 


 

 

TRÍPTICO DE PAISAJES ÍNTIMOS PALENTINOS

 

1.        Un hombre se recoge el pelo con la mano

 

Los domingos son días tristes

Los días como hoy

En que después de detener el tiempo

Desapareces

Dejas una huella

Y te vas donde no puedo existir

Aunque nunca pudiera.

 

Los domingos no son para el amor

Y sus recuerdos hoy duelen

Y el silencio que queda en la habitación

Me pesa.

 

Y apago las luces que quedan en los balcones.

 

 

2.      El atardecer desde mi ventana

 

Hay polvo

Y se abalanza sobre los pliegues de las sábanas

Y hace bonito respirar

De quien se ha quedado de mi lado

De quien no recuerdo el nombre

Pero noto el olor.

 

Se oye una canción al otro lado

De las paredes

Y el chasquido del tabaco.

 

El humo se mezcla con la luz

Y dibuja un velo sobre sus labios

Yo en silencio

Sin entenderlo en absoluto.

 

 

3.      El río en blanco y negro

 

El sudor de mis manos amenaza

Con derretir la barandilla

Como una pastilla efervescente.

 

El agua por delante

Está hecho de mármol gris

Inmóvil

Como si no tuviera fin

O si el fin fuera su naturaleza.

 

Dejo esculpida en él mi vida

Y mi adiós

 

Pedro Bermejo

 

 

VVAA

La tierra y la nada

 

Una antología poética de la España despoblada

 

Prólogo y selección de Nacho Escuín

 

Bala perdida Editorial


lunes, 25 de septiembre de 2023

CINCO POEMAS DE LA CASA DE LEER EN LO OSCURO DE MARIA AZENHA

 


 

 

 

   La casa de leer en lo oscuro

 

 

El poema es un cuarto oscuro

donde entras en soledad.

 

Más negro aún el aposento

donde habita tu cadáver.

 

 

 

                La noche de europa

 

 

 

Toda violencia busca el disfraz

de una virgen perseguida por

un loco.

 

Auschwitz es un perro que muerde el poema

triunfante de ruina.

 

Su verso de salida es un emperador muerto

que busca oro entre los restos.

 

 

 

Migración

 

 

 

Han limpiado nuestros labios con el polvo del desierto.

Cada uno que sale se lleva las últimas palabras.

 

 

 

                        Europa

 

 

 

Es una muerte extraña.

Se le oscurecen los brazos.

El cielo es siete veces huerto.

El suelo,

un hilo de plomada.

 

Una gruta reclinada en su hombro

navega dentro de un túmulo.

 

Llueve desesperadamente.

 

Llueve de nuevo.

 

 

 

Inscripción recuperada de un naufragio

 

 

 

Invoco el silencio azul

la gruta más sagrada

bajo el agua del mundo

 

mi corazón

en silencio

 

mi corazón azul

 

 

 

Maria Azenha

La casa de leer en lo oscuro – A casa de ler no escuro

 

Traducción de José Ángel Cilleruelo

 

Ediciones Trea


sábado, 23 de septiembre de 2023

UN FRAGMENTO DE LA VENTANA INOLVIDABLE DE MENCHU GUTIÉRREZ

 

 

 

 

Una vez, hace años, T. escuchó una conversación inolvidable desde la ventana de su casa de la ciudad.

   En la plaza se había establecido un grupo de mendigos de quienes conocía incluso sus nombres. Uno de ellos era el maestro y líder indiscutible del grupo. Lo sabía todo. Si no era un filósofo era quien sabía qué hacer en cada momento. Parecían formar parte de una secta tranquila, hasta que, de vez en cuando, el alcohol abría una brecha en su convivencia. Entonces, él ponía orden.

   El maestro no bebía y estaba allí por otros motivos; altas razones a las que aludía sin desvelar su naturaleza y que, en todo el tiempo en que T. vivió en esa casa y tuvo ocasión de escucharle, nunca salieron a la luz.

   De vez en cuando, todos se iban a dar un paseo por el barrio.

   No iban muy lejos. T. los encontró varias veces en el parque, donde, más que nunca, parecían filósofos mudos. Nunca los vio pedir dinero, a pesar de que era evidente que vivían de la mendicidad. Pero no la ejercían en la plaza en la que vivían, por una teoría sobre el equilibrio y el respeto hacia los vecinos desarrollada por su maestro. Ellos vivían a ras de suelo, mientras T. lo hacía en el segundo piso: así se repartía la energía que hacía del lugar un oasis en medio del gran desierto que también es el caos. Aquí había agua, una fuente de las de antaño, de las amistosas y potables.

   A la plaza llegó un día un mendigo, a quién el maestro se dirigió para darle todo tipo de información: le recomendaba que se quedara en aquel lugar. Después de años viviendo en la ciudad, estaba persuadido de que era la mejor de las opciones para un mendigo. Le dibujó un mapa del barrio, y cantó sus excelencias, entre las que se encontraba el talante de los vecinos. Además del agua de la fuente, los baños públicos estaban muy cerca, había multitud de restaurantes, de supermercados, estaba el parque, la boca del metro, los soportales…, y como remate, la bella plaza y su estatua, el retrato ecuestre del rey…, el nombre y el número regnal, se lo inventaba cada vez. Casi siempre estaba de buen humor, pero nunca como aquel día en que cantó las alabanzas del barrio que había elegido para vivir, el mejor de la ciudad. Cuando, finalmente, T. cerró la ventana, lo hizo para que nada ni nadie enturbiara el discurso de un hombre feliz.

 

 

 

Menchu Gutiérrez

La ventana inolvidable

 

Galaxia Gutenberg



viernes, 22 de septiembre de 2023

UN POEMA DE PENSAR / MENTIR DE MORITZ FRITZ

 


 

 

¬(S2)1

 

 

 

No soy lo que pienso.

El abismo que atraviesa este cuerpo no se llena con palabras

su sima nadie la conoce,

ni siquiera yo, que percibo al tacto su templada hechura.

 

El origen se extravió en el estante de las utopías.

 

No soy lo que peno.

El dolor se extiende más allá de esta carne

que se debilita, universalmente.

Él encarna la omnipotencia, la infinitud.

Él humilla

a un logos que rumia una música mediocre.

 

No.

Soy lo que pienso.

Las palabras acunan ideas que gatearán como imágenes.

Y viceversa.

Y viceversa si versa.

Y viceversa de viceversa.

 

Entre el Todo y la Nada no hay esguince posible.

 

El cráneo opaca la incidencia de otra luz,

y la rueda que su curvatura esconde.

Es la harina de mi costal

grisácea huella

a la zaga de algún pensamiento.

 

Una leve brisa o la lluvia

y la ceniza se extingue.

 

No.

Soy lo que peno.

El latido duele, pero se olvida.

La circulación de la sangre duele, pero se olvida.

La digestión duele, pero se olvida.

La vibración del tímpano duele, pero se olvida.

La liberación del sudor duele, pero se olvida.

Duelen las palabras.

 

Duele pensar, cuando se olvida.

 

 

 

Mortiz Fritz

Pensar / Mentir

 

Ril Editores


jueves, 21 de septiembre de 2023

ODA A ESPAÑA DE JOAN MARAGALL

 

 

 

 

ODA A ESPAÑA

 

 

Escucha, España, la voz de un hijo

que te habla en lengua no castellana;

hablo en la lengua que me ha legado

la tierra áspera:

en esta lengua pocos te hablaron;

de más en la otra.

 

De más te hablaron de saguntinos

y de aquellos que mueren por la patria;

de glorias tuyas y de recuerdos,

recuerdo y glorias solo de muertos:

triste has vivido.

 

Yo quiero hablarte de otra manera.

¿Por qué verter la sangre inútil?

Si está en las venas vida es la sangre

para los de hoy y los que vengan:

vertida, es muerte.

 

Tú demasiado pensaste en tu honra

y demasiado poco en tu vivir:

tus hijos, trágica, diste a la muerte,

te complacían honras mortales,

y eran tus fiestas los funerales,

¡oh triste España!

 

Yo he visto barcos partir repletos

de hijos mandados a que muriesen:

sonrientes iban hacia el azar;

y tú cantabas junto a la mar

como una loca.

 

¿Dónde los barcos? ¿Dónde los hijos?

Pregúntalo al Poniente, a la ola brava:

todo perdido, ya nadie tienes.

¡España, España, vuelve en ti misma,

llora cual madre!

 

Sálvate, sálvate de tanto mal;

te haga el llanto fecunda, alegre y viva;

piensa en la vida que en torno tienes:

alza la frente,

sonríele a los siete colores de las nubes.

 

¿Dó estás, España? Yo no te veo.

¿No sientes tú mi voz atronadora?

¿No entiendes esta lengua que entre peligros te habla?

¿O entender a tus hijos ya no sabes?

¡Adiós, España!

 

1898

 

 

 

Joan Maragall

Antología

 

Traducción de Ángel Crespo

Selección de Joaquim Molas

Introducción de Ignasi Moreta

 

Calambur