DAFNE
Una
exaltación
invisible
llega desde abajo:
la primera
inspiración.
Hablo
de entrar.
Acostumbrada
a los murmullos
que
sacuden la tarde,
a ser
la que guarda los rasgos,
la que
con su pie despierta bajo la grava
un mudo
entramado de cepas.
Un olor
de hojas como reverberos
bate
contra el viento.
Lo tórrido
viene de las ondas,
lo
húmedo, en cambio, sale del fondo,
a
escalas, a pequeños brotes desiguales.
Las
puertas no son necesarias.
Los
ciclos se reducen al límite
de las
sementeras.
La
sangre revive en savia apresurada.
Se
adentra en un mapa de leyenda,
reconoce
los trazos espigados de ríos y montañas
mientras
se hunde la que ya no tendrá fin,
ella,
yo, laurel, árbol de vida
que
amaba las plantas y su espejo.
Hablo
de seguir sombra adentro,
tras la
savia.
Rosa Lentini
EL
veneno y la piedra
Icaria
editorial
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