I
Lo peor
de todo es vivir sin amor y acostumbrarse.
Casi
prefiero desangrarme y rodar por los suelos
confundirme
y mezclarme con la tierra.
III
Aquí no
hay amor
solo
encuentro
intenciones
y deseos y explicaciones.
Si hubiera
amor habría espacio a raudales:
silencio,
risa y paz.
VI
Me has
dotado de alas al cortármelas,
has
convertido mi pérdida
en
resorte.
Sin tú
saberlo, me has elevado más allá.
Lo más
semejante al amor es perderlo.
Equivocamos
los labios que besamos
y no
por ello es menos sincero el beso.
Ya no
deseo refugiarme de nada,
estoy
calada de mí hasta los huesos.
XI
¿Dónde
queda la parte de nosotros que ya ha vivido?
El recuerdo
tangente
la
palabra extranjera
las
manos que rozan nuestro pasado.
XX
El
sencillo automatismo
de la
respiración
nos
recuerda lo dolorosamente
frágiles
que somos.
Desde
cualquier ventana
viendo
las pasajeras nubes
tejiendo
este hilo de oro,
este
silencioso aliento
llamado
vida.
Leire
Gandarias Eiguren
Lo que
queda de nosotros
Ediciones
El Gallo de Oro
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