SE LLAMA SISTEMA SOLAR
había
una luz de neón con forma de rayo
que
ella me regaló cuando cumplí los veintinueve
había
unas velas aromáticas que nos dieron
en la
despedida de solteros pero que nunca usamos
porque
siempre preferimos el olor de nuestros cuerpos
había
un concierto de metronomy en el tomé speed
mientras
sonaba nuestra canción de los domingos
y ella
bailaba con un escritor británico al que nunca besó
aunque
en cierto modo lo quería
había
tantas tantas tantas botellas de vino blanc
pesacador
y las abríamos con tanta tanta tanta
agilidad
cuando la casa de veinticinco metros cuadrados
se
llenaba de amigos
había
amigos
y había
amigas
y
durante algún tiempo no hubo amigos ni tampoco
amigas
pero sí mucho trabajo y la misma cantidad de
botellas
cuyo precio se elevaba al compás
de
nuestros sueldos tanta tanta tanta felicidad había
era una
felicidad incalculable y de un color chasqueante
había
una taberna de quesos
en la
que querríamos haber hibernado
una
oficina en la que perdimos nuestros mejores años
y también
una pelea cada ciento veinte horas
había
una libreta donde anoté
todas
las veces en las que su rostro gozaba
todas
las veces en las que mi pecho reía
todas
las veces en las que dije esto siempre debería ser así
Luna Miguel
Poesía
masculina
La
Bella Varsovia
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