El uno de mayo de 2016 escribía la
última entrada de El cuaderno de las tareas extraordinarias, el
texto decía así:
“El lilo florece, es uno de mayo, en
la cocina arroz y bacalao seco, limones y acelgas rojas, el uno de
mayo, en la Habana mi compañero escribe el mejor poema escuchando,
en la terraza el canto del amor, las sartenes escurriendo, el padre
sentado en el mejor olvido, el lilo florece, amor, podemos escuchar
esas flores pequeñas sin ningún ruido.”
El uno de mayo era el cumpleaños de mi
padre. Ese año aún vivía en el silencio del Alzheimer. Murió dos
años después. La foto es del lilo florecido. Este año aún no lo
ha hecho.
El cuaderno de las tareas
extraordinarias
Pablo Müller
A Fortiori Editorial
No hay comentarios:
Publicar un comentario