Desnudos, despojados
vamos acariciando el ritmo que
decrece
con la herrumbre del tiempo
demorado:
el recuerdo.
Redonda, blanca, negra.
Otra clave de sol.
La imagen suspendida mientras
la música no cesa y
tu mano está en mi mano y
me acompaña lejos
se introduce
en el cuerpo
mientras la guerra no deja de
sonar
¿Quién escucha la guerra?
Y nuestra esclavitud ciega
los laberintos
nos pesa sobre el cuerpo
la voz agria del día,
el temblor,
su estridencia.
Ana GorrÍa
De la supervivencia
Poemas 2006-2016
Marisma
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