jueves, 14 de mayo de 2020

GRACIAS UN POEMA DE TIRSO PRISCILO VALLECILLOS




Gracias

A Manuel Ángel Vázquez Medel

Su tabaco, gracias”.
Frente a la máquina expendedora
deseo irrefrenable de comprar eternamente...
como acto de gratitud.

Gracias por su visita”.
El parking con voz metálica de reseca
me hace reverencias a rayas
y juro que estuve a 0,035 euros por minuto
de volver a entrar solo para escucharlo...
como acto de gratitud.

Recordar lo que enseñaron es una forma de gratitud
y, sin embargo, olvidamos:
como si el mundo oliera a pan recién hecho, olvidamos
como si el amor volara en aire y el aire nos perteneciera, olvidamos.
Olvidamos lo que nos enseñaron nuestros padres
y nuestros hijos
incluso nuestras máquinas...
De dar gracias nos olvidamos.

¡Gracias de las de verdad!
No de las de máquina de tabaco.
¡De las de verdad!
No suspiros llamados gracias
no palabras escupidas en palabras.

Gracias, Universo
una calle más te hubiera hecho intransitable
una calle de menos, monótono.
Gracias por todo:
ni por un pestañeo de más ni de menos
¡por todo, he dicho!
Ni por un milímetro de más ni de menos,
de una sola pestaña en el Universo.

Gracias por las injusticias que habitan agendas
nos dan motivo para luchar
y satisfacciones cuando mueren bajos cruces rojas:
Gracias tiranos, tardasteis en morir
pero cumplisteis la promesa
y la seguiréis cumpliendo
seguiréis muriendo mientras haya gente que dé las gracias.

Gracias al niño que con su insulto liberó mi pensamiento
y al amigo que el tiempo derrama...
Y a la tristeza: recordaremos que plenamente feliz
murieron muchas personas
y yo aún estoy vivo dando las gracias.

Gracias a mis padres por ser excepcionales
y, sin embargo, nunca lo utilizaron
para conseguir mesa en un restaurante
o para que los diseñadores les prestasen sus creaciones
como hace un simple actor, un futbolista, o un político.

Gracias a mi tía Griselda por sus libros
y a Aristóteles por su Poética.
A Freddie Mercury, Vázquez Montalbán y Lorrie Moore
por colmar mis sentidos.
A Kelly de los Ángeles de Charlie
que de joven creyó enamorarme,
por no enfadarse cuando nunca supo
que mi amor se llamaría Alejandro.
Gracias a los dos: a Kelly y a Alejandro.

Gracias a todos los demás
nombrados o por nombrar...
Gracias.



Tirso Priscilo Vallecillos
Viejos

Huerga & Fierro editores

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