IMAGEN DEL PADRE
En el campo un hombre no es nada, ni
siquiera
de cerca. Y, sin embargo, al aire del
atardecer
se me figura ahora en lo que mis ojos
guardan
de los suyos. Se agranda. Por caminos
de piedras
parece que lo estoy viendo mientras
arrea la yunta
y, después, en la cuadra, echándoles
la cadena
al cuello, harina y paja de revuelto.
Parece
que lo estoy viendo propiamente y qué
pupilas
tan indefensas, cuánta mies, agua que
se derrama
mientras partes el pan o abre la reja
el surco.
Fermín Herrero
Endechas del consuelo
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