sábado, 27 de julio de 2024

SESENTA Y TRES AÑOS

 




SESENTA Y TRES AÑOS


Aquel día de verano la asamblea de primas y primos me nombró gran cuidador de los pájaros que habían caído de los árboles.

El gran cuidador de los pájaros caídos de los árboles tenía el honor de ponerse el primero en las fotos que los mayores hacían cuando se levantaban de la siesta.

Los pájaros solo se caen de los árboles cuando son crías y tienen prisa y cuando son viejos y han concluido el vuelo de la vida y han dejado de tenerla.

«Pájaro se llama / al antepasado del ángel, y al antepasado del pájaro / se le llama fuego / doblemente enmascarado». Dice en un poema Felipe Juaristi.

El gran cuidador de los pájaros protege del sol y la lluvia a los extraviados y manirrotos. Tiene las manos ignífugas y las rodillas manchadas.

No volvió asamblea alguna a nombrar otro cuidador. Hoy, cumplidos los sesenta y tres años, mantengo tal honor y título. Lástima mi torpeza y los muchos pájaros que han muerto en mi mano.

En la foto, la Asamblea, un pájaro caído, dos llamadas de teléfono y dos ángeles de fuego.


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