COARTADAS
Permítame probarles que usted no existe, que es usted la coartada de los verdaderos culpables.
Entonces permítame probar que las víctimas son las verdaderas autoras del propio daño, en uso de su libre albedrío.
Pero entonces permítame probarles que los victimarios actuaron por desobediencia y que usted no pudo impedir el genocidio.
Pero entonces déjeme que les pruebe que el exterminio de una mitad es necesario para impedir el exterminio de la mitad mejor.
Entonces autoríceme a presentar las pruebas de que ellas disfrutan ahora de una situación superior e infinitamente más justa y dichosa.
Bien, entonces permítame decirles que esta es solo la primera escena de su ira sin límites y sin sosiego.
Entonces permítame probarles que usted ha perdido el sentido.
Entonces permítame recusar el tribunal y per- suadirles de que lo ideal no se prueba por lo real.
Entonces permítame reemplazarle por otro reo.
Entonces déjeme preparar minuciosamente su huida.
Entonces permítame rezar.
Entonces permítame dormir.
Entonces, mierda.
José Viñals
Coartada para dios
Ilustraciones de Gabriel Viñals
Caligrafía de Chilis Cubeiro
Plantillas de Melissa Dillon
La cartonera del escorpión azul
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