MECÁNICA CELESTE
Si en este preciso momento
las estrellas se precipitasen al vacío,
no oiríamos nunca su caída.
Tus manos seguirían recorriendo
con calma, incesantemente,
mi vientre atestado de sombras.
Si en este preciso instante
las estrellas apagasen su ira,
sabríamos de nuestra levedad
alojándose en un vértice desconocido.
Pero tu piel seguiría estirando
y replegando
la voz muda de lo finito.
Si en este preciso segundo
las estrellas acabaran su ritmo demoníaco,
tú y yo continuaríamos girando
y el universo escucharía este lento chirrido
encerrado en una extraña quietud.
Sandra Benito Fernández
Víspera de la luz
Ril Editores
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