viernes, 16 de diciembre de 2022

TRES POEMAS DE CUANDO DEJAMOS ATRÁS LO POSIBLE DE ALBERTO GARCÍA-TERESA

 

 

 

 

CUANDO SOMOS,

somos grieta,

oscuridad alfilereada.

 

Llegamos a casa

con esta costra de horario e hipoteca

adherida a los pulmones,

con los hombros extenuados

y el ánimo sediento.

 

Construir, ahí, el abrazo

supone remontar

cascada, pronunciar

susurros con la garganta polvorienta.

 

Desencartonamos, entonces, los labios,

nos sacudimos el óxido

de la conciencia del robo,

nos limpiamos la frente de órdenes,

recolocamos, unos junto a otros,

los zapatos, proclamamos

la primavera entre el hielo

y preparamos su amanecer.

 

Como la irrefrenable irrupción de las estrellas,

interrumpimos la noche

y somos,

somos,

somos.

 

 

―――――――――――

 

 

PERIFERIA

 

Para la Asociación Vecinal del Ensanche de Vallecas

 

A la periferia es desplazado,

fuera de las murallas,

todo aquel que no merece ser protegido

 

porque es recurso prescindible,

porque sus brazos son intercambiables,

porque su apellido no conlleva escaleras.

 

Barriadas donde se apilan los despertadores,

las luxaciones y las horas descontadas,

en las que caen los escombros

a ritmo de despido,

recorte y miedo al futuro.

 

Duelen el desprecio

y la instrumentalización de los pulmones.

Duele la arrogancia centrípeta

de quien cartografía los días.

 

Pero, sobre terreno asfaltado,

es en los márgenes donde brota la vida,

donde se levanta la primavera con una

lógica distinta a la medida del humo.

 

Jardinero de la utopía,

se construyen las calles con la complicidad

del presente batallado, de los vínculos

florecidos fuera de las retículas comerciales,

con el bullicio de los pasos

hermanados por el polvo.

 

La risa suena mejor en los patios abiertos.

 

La textura de la solidaridad abriga

allí donde se tiene conciencia de que

la altura de los hombros

solo mide la distancia de la caída.

Y, entonces, con la firmeza del tiempo

trenzado desde abajo, únicamente

se atiende al canto que une

todas las heridas de las manos.

 

Aquí, en la periferia,

nos consideráis expulsados

pero, en verdad,

cuando nos abrazamos,

vosotros sois el territorio sitiado.

 

 

―――――――――――

 

 

DE LA HORMIGA COMO EJEMPLO DE

ESTRATEGIA POLÍTICA

 

 

 

I

 

Aprender de lo pequeño, de la

hormiga como modelo revolucionario:

 

Mirar al suelo en vez de a las alturas.

 

Encontrar lo nutritivo de todo lo que nos rodea.

 

Ensalzar la capacidad laboriosa de la constancia.

 

La cooperación como clave para la supervivencia.

 

Planificar para adelantarse a la escarcha.

 

Ensanchar el terreno de operaciones

hasta más allá de lo posible.

 

Construir agujeros dispersos,

que se abran al oxígeno, y dejar

que se llene de colores.

 

Excavar galerías y galerías

para que se bese el verano.

 

Salir, tomar aire,

almacenar alimento

y ser conscientes de que el mundo

palpita abajo.

 

 

II

 

Símbolo clásico de lo insignificante,

máxima representante de lo anónimo,

la hormiga encuentra las grietas

en el empedrado para abrir su morada

 

mientras tú sigues perdiendo tus días

para continuar viviendo encarcelado.

 

 

 

Alberto García-Teresa

Cuando dejamos atrás lo posible

 

Ediciones del Baile del Sol


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