L’amour pue
que
te pares en un charco de agua puerca con tus tenis nuevos
que
te machuques el dedo con la puerta del coche
que
se te acabe el gas en pleno diciembre
que
se te pegue la lengua a una paleta helada justo antes de ir
a
conocer a los papás de tu
nueva
novia y tengas que hablara en cámara lenta
que
te pegues el dedo chiquito del pie con la cama todas
las
mañanas
que
le salga humedad a todo el techo de tu casa en época de lluvia
que
todos tus calcetines tengas hoyos
que
te pique la nariz en las noches y no puedas dormir
que
no puedas dejar de estornudar en público y todos
te
quieran linchar
que
te quemes con el primer trago de café todas las mañanas
que
te salga un barro en la oreja y te siga saliendo por la eternidad
que
se tape tu escusado y se inunde tu baño
que
corten otra vez la luz en fin de semana y no puedas
arreglarlo
hasta el lunes
que
no quieras saber nada de nadie
que
te vuelvas daltónico
que
se te rompan todos los espejos
que
no te guste ninguna película que veas
que
el vino te haga daño
que
te vuelvas alérgico al mar
que
tus libros se llenen de humedad y se hongueen
que
tu sudadera favorita se manche de cloro
que
sientas un constante nudo en la panza y no puedas
probar
bocado
que
la vecina te siga espiando por la ventana
que
la gata de al lado viva en eterno celo
que
nunca quiten la foto horrible del espectacular frente
a tu
casa
que
te toque siempre el metro lleno y que nadie lleve
cubre
bocas puesto
que
te cortes el dedo dándole la vuelta a una hoja
que
te estrelles con una puerta de vidrio
que
pises caca de perro cada vez que salgas a correr
que
se te encarne la misma uña de siempre
que
te muerdas la lengua mientras comes tu comida favorita
y no
puedas terminar
que
te engrapes un dedo
que
te olvides de todos
que
todos te olviden
que
te olvides de mí
Anaité
Ancira
Fragmentitos
de un discurso amorosito
Ediciones
Liliputienses
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