II
El
álamo alamea
el
peral y sus hijillas (qué frutillas)
estos
arbolitos por su nombre
Sus
sombras no es nombre
no me
cubren
entonces
cogí la manzana
(lloraba
y lloraba)
hendí
incisiva
incisivos
sobre la
fruta
la humedad
de la
fruta
el
rabillo en la tierra
sus
semillas en la tierra
y de
ella nacieron
hectáreas
de colores
(qué
colores)
Pensé
en la tilde de álamo
y luego
pensé que álamo puede venir de alma
o al
menos
se asemejan
Que por
allí vienen los petirrojos
tan
ninfos y orgullosos
que se
comen las bayas que planté
y me
dejan sola
sin
hijillos
Entonces
mi nombre se agranda
me
cubre como sombra
como un
campo de secano
como el
sol
en el
secano
Es mi
vientre esta llanura
y digo
¿de qué
manera decirte?
Ya en
la urbe
me
animo
me
agito
nerviosa
y te
observo
La
cascada del grifo me convierte
en lo
que soy
pues
¿quién soy?
Creí
que bajo la luz mis árboles crecerían
que
bajo la luz crecerían alto
que
bajo la luz más fulgurosa se elevarían
pero
qué va
no
crecen
yacen
calcinados
sin
pliegues
ni
bifurcaciones secretas
Entonces
mi corazón triste
tigre
abuelo que palpa las alas de los buitres
y a la
palabra de antaño
se
pregunta
Dafne
Benjumea
Desde
la hierba
Ril editores
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