miércoles, 14 de septiembre de 2022

LA TARDE BLANCA UN POEMA DE LA INTENCIÓN DEL FRÍO DE CARMEN SÁNCHEZ DE LAS HERAS

 

 

 

 

LA TARDE BLANCA

 

 

En el hueco de cada tronco estaba ausentado un dios.

NICHITA STANESCU

 

 

Pero, ahora,

desde el fondo del abismo

irrumpe el mar

y una luna grávida

brota de las raíces sumergidas

como el sueño que soñara

aquel árbol talado

en su locura.

 

El pájaro se deslumbre y se estremece

envuelto

por el veneno cálido de la metamorfosis

y, sin resistencia,

se vuelve

ave de fragua

entre el mirlo y el jazmín,

entre la niebla y el clavo,

mientras una quemadura gime en su soledad íntima.

 

Pero la luna tema un vuelo eterno, en el exilio:

teme la intención del frío

y aún así, avanza, fascinada

sobre el resplandor de un mar alado

como la tarde, en su secreto,

avanza lejos del dominio del mercurio.

 

El corazón más limpio,

menos cuervo

y el pájaro cada más llanto

se mira el amor en la luna

y solo se refleja el centro de sí mismo:

la voz

titilante

de un dios

ausente

que todavía espera una señal que desconoce.

 

 

 

Carmen Sánchez de las Heras

La intención del frío

 

Ril Editores


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