martes, 30 de agosto de 2022

UN POEMA DE LA LLAMA INVERSA DE BEATRIZ RUSSO

 

 

 

 

Soga en las manos en la nueva ancianidad de nuestros días. Porque envejecer se ha convertido en un tremor de arrugas. Los cordones umbilicales se han alargado. Hemos perdido el hilo de la sangre. Ancianos descomponiéndose entre los cubos de basura se nutren de las sobras alimentando su lento valor residual. De nada sirve ser antecedentes de la voz de ahora. Ya perdieron su turno entre las ramas. ¿Quién se apiadará de ellos en este relevo de la historia?, ¿quién restaurará el tributo a su legado? Cumplieron con la burocracia de lo visible y la autonomía de su sombra. Ya solo aguardan el retorno a su última cuna. La carne entumecida, sin el candor de la piel de larva. Eclosión de la edad siniestra, fervor en su breve distancia hacia el vacío.

 

 

 

Beatriz Russo

La llama inversa

 

Huerga y Fierro Editores


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