martes, 2 de junio de 2020

TRES POEMAS DE OSCURO ANIMAL CELESTE DE BEÑAT ARGINZONIZ





Sentado al borde del sueño

vio los peces inmóviles

y escuchó su mudez secreta.

Eran los peces del asombro

en el blanco definitivo

donde el dolor dejó su huella.



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Cuando la luz iluminó el lecho de miseria te alejaste

por las orillas del sueño. Te alejaste mirando el

mundo hasta convertirlo en llanto.

Y supe entonces que tú eras

en la alcoba de la luz perdida

el ángel muerto de la infancia.



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Y vi la luz

creciendo como un árbol

o una mano de sombra,

tocando

levemente la otra orilla,

rozando tercamente

su cristal dormido.

Y era como asomarse

al misterio remoto de la vida:

un vaho de palabras

que insiste, una huella que late,

el cerco de un corazón

sobre ese nombre

que mañana jugando

borrarán los niños.




Beñat Arginzoniz

Oscuro animal celeste


Ediciones El Gallo de Oro

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