LA CHICA DE LA MALETA
Esta
fría mañana tan cerca de diciembre
no tomé
el desayuno, no he leído el periódico,
no me
metí en la ducha después de la gimnasia
(esta
oscura mañana no quise hacer gimnasia),
no subí
la persiana para asomarme al cielo
ni he
mirado en la agenda las promesas del día.
Esta
dura mañana con su duro castigo
he roto
algunas cosas que mucho me quisieron
y salvé
algunas otras porque duele mirarlas.
Me
estoy haciendo daño esta mañana fría,
quisiera
destruirme sin salir de la cama
o
encontrar la manera de dormir un momento.
Cuando
menos lo esperas, suele decir la gente,
la
sorpresa aparece con sus dientes de anís.
Cuando
menos lo esperas, si te fijas un poco,
verás que
el aire lleva gaviotas y mensajes…
más ya
no van conmigo esos viejos asuntos.
El aire
arrastra lluvias y tristezas heridas
y yo no
quiero verlo cruzar como un bandido
tan
guapo y tan azules sus ojos venenosos.
Esta
fría mañana tan cerca de diciembre
cuando
rozan los árboles de puntillas las nubes
junto a
tanta miseria, tan helada ternura,
yo dejo
mi impotencia, mi personal naufragio
entre
estos blancos pliegues olvidado…
Aunque
mi cuerpo caiga doblemente desnudo
en ese
traje roto que luego es un poema.
Aunque
otro sueño baje su luz por la almohada
y ya no
te despierte mi voz en el jardín.
Ángeles
Mora
La sal
sobre la nieve
Antología
1982 – 2020
Edición
de Ioana Gruia
Editorial Renacimiento
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