martes, 5 de noviembre de 2024

TELEVISORES UN POEMA DE LUISA MIÑANA EN CIUDADES INTELIGENTES

 



 

 

 

TELEVISORES

 

 

 

Los seres que respiran a través de la noche emiten luces

que se agitan y arden. Son como luciérnagas catódicas,

como estrellas blancas prácticamente muertas, y brillan

en la oscuridad del pensamiento

como las oraciones que juntos murmuramos, los vivos

y los muertos, bajo las bóvedas de las catedrales y los salones

de clase media en ocasiones especiales,

las oraciones que regresan desde el espacio exterior:

 

si estáis ahí, mandadme una

señal, (ventanas indiscretas).

 

Los seres que se ocultan en la noche tras las pantallas

de televisión hacen vidas normales. Se aman mucho y se aman

con desesperación, con tanta pasión que antes de morirse matan.

Son seres que persiguen imposibles, conducen velozmente,

muchos tienen doble personalidad o leen en las mentes

de sus enemigos. Suelen ser ellos mismos sus enemigos

en multitud de mundos paralelos.

De forma inevitable todos viven o en grandes mansiones

o en los suburbios extra-planetarios, más allá de alfa-centauro,

junto a las viejas vías de ferrocarril.

Y todos comen pizza. Todos. Vivan en donde vivan,

 

(hay tanta vida expandiéndose infinitamente alrededor

alejándose, no en círculos).

 

Los seres que contemplan en la noche las pantallas blancas

de televisión no respiran. No se agitan. No arden, pero brillan.

Apenas aman, porque su corazón se está ralentizando.

Necesitan ahorrar energía y han aprendido a desear solamente

lo próximo, lo incompleto, a amar en zapping y en zig-zag.

esquivando; a tener orgasmos intermitentes e inconexos,

en función de la publicidad.

Así completan un libro de bitácora nutrido y adecuado

para los mandos de su televisor, suficiente para una travesía

en pos de lo desconocido que durará años luz. Y son felices.

Están bien. Hay muchas rutas posibles, pero un único

sentimiento de satisfacción, proclaman. Y eso les compensa.

Y están bien.

 

Lo estamos.

Frente a la oscuridad del universo. Mimetizados en la luz

de las pantallas, incorpóreos, diluidos

en el gran vacío de esta ciudad con la que viajamos

a través del espacio, indetectables, invisibles tras las ventanas

que flotan, luz de la Tierra.

 

 

 

Luisa Miñana

Ciudades inteligentes

 

Olifante Ediciones de Poesía


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