jueves, 16 de mayo de 2024

UN FRAGMENTO DE LA GUERRA Y EL MUNDO DE VLADIMIR MAYAKOVSKI

 






LA GUERRA Y EL MUNDO 

(FRAGMENTO)



«Gentes,

el pensamiento

tallado por los siglos,

trajo Alemania.»


«Toda

llena de oro hasta las entrañas

India

os trajo regalos.»


«Glorificado seas, hombre,

por los siglos de los siglos vive y glorifícate.»


A todo

ser viviente

gloria,

gloria,

gloria.»


¡Te quedas pasmado!

Y en esto aparezco yo.

Paso con cuidado,

enorme,

torpe.

¡Qué gallardo voy,

con la más brillante

de mis almas incontables!


Paso al lado de los que felicitan,

al lado de los que festejan,

condenado,

no palpites así:

ella viene

al encuentro.


«¡Hola, mi amor!»


Acaricio cada pelo,

rizoso,

dorado.

¿Qué vientos

de que sur

hicieron ese milagro con un corazón enterrado?

Florecen tus ojos,

dos prados.

Retozo en ellos,

niño juguetón.


Alrededor,

reír.


Banderas.

Cien colores.

Pasan.

Encabritados.

Miles.

A través.

Corriendo.

En cada joven pólvora de Marinetti,

en cada anciano sabiduría de Hugo.


A una sonrisa de cien rostros le faltaría labios.

Todos

de casa

a la calle

salid.

Como pelotas de plata

de una capital a otra

lancemos la alegría,

la risa,

el son.


Y no sabes

si es aire,

es flor

o es pájaro.

Canta,

huele

y es variopinto a la vez,

pero esto

enciende las caras como hogueras

y la razón se emborracha como con vino dulce.


No sólo la gente

iluminó

la alegría en las caras:

las fieras currutacas rizaron su toisón,

ayer irritadas,

matando,

aullando,

tumbáronse a los pies.


No se concibe

que navegaron

vomitando muerte:

en las bodegas,

que ya olvidaron la pólvora,

los acorazados

traen a bahías serenas

montones brillantes de baratijas.


¿Quién teme a

las pandillas de cañones?,

¿éstos,

dóciles,

dispararon?

Ellos

ante la casa

en el prado

pacen en paz.


Miren,

no es broma,

no es risa mordaz:

en pleno día

sosegados

en pareja

los reyes pendencieros

pasean vigilados por los hayos.


¡Tierra!,

¿de dónde nos llegó tanto amor?

Imagínate:

allí,

al pie de un árbol,

han visto

a Caín

jugando al ajedrez con Jesús.


¿No lo ves?

¿Entornas los ojos, buscas?

Los ojos son dos ranuras.

Ábrelos.

Mira,

mis ojos

son puertas de un templo abiertas a todos.


¡Gentes!

Queridos,

aborrecidos,

conocidos,

desconocidos,

desfilad en tropel por estas puertas.

Él,

libre,

del cual grito, el hombre, vendrá, creedme, creed.


(1915 - 1916)




Vladimir Mayakovski

Poemas 1913 – 1916


Traducción de José Fernández Sánchez


Prólogo de León Trotsky


Visor


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