WALDEN
Ciertamente
nuestra conversación
es
ajena al lenguaje,
sólo el
oído entrenado
puede
captar las palabras que surgen
para
romperse
y morir
en tus labios como guijarros.
Tu pensamiento
es
silencioso como tus aguas
elevándose
desde tu superficie
como la
niebla de la mañana,
de
manera que el Alma
pasivamente
la respire
y se
contagie
con la
verdad que expresas.
Incluso
las más lejanas estrellas
han
llegado en formación
y se
han inclinado para recibir
la
bendición de tu semblante.
Tantas
veces como el día gira
el sol
se exhibe
delante
de tu estrecho horizonte,
y
tampoco la luna falta
en su
visita recurrente
para
hablarte de la noche.
Hasta
la nube más rara
se
muestra reflejada en tu rostro
doblemente
hermosa.
Dime lo
que los vientos
han
escrito estos mil años
sobre
la bóveda azul
que
sobrevuela tu corriente.
O
aquello que el sol escribió
delicadamente
sobre tus aguas
para tu
propia lectura privada.
Bastante
he leído
en
estos últimos días,
pero
hay muchas cosas
que
maravillan al alma
y que
el ojo humano no ve.
Yo
daría cualquier cosa
por
leer esa primera página brillante,
húmeda
de una prensa virgen,
cuando
Bóreas
y la
hueste de los cristalinos escribas
mojaron
por vez primera
sus plumas
en tu niebla.
Henry
D. Thoreau
Poesía
completa
Traducción
de Beñat Arginzoniz
Ediciones El Gallo de Oro
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