Márgenes
Arañas
acuáticas en la superficie del lago,
ligeras
como calibradores:
una
larga frase para la que no hay palabras.
Dentro,
el silencio viaja de oeste a este.
La casa
que vigilo
no es
un monasterio.
Tsvetaeva,
abierta en mi mesita de noche.
Los
versos se alimentan de la corteza
de la
luz de una lámpara.
Un
monje barre las migas de las colchonetas.
En la
sala de meditación, el sonido de las campanillas.
Más estrecho
que el ojo de la cerradura.
Difícil
sintonizar
la última década de mi vida.
Enero,
pocas visitas.
Cada
día, fundamentalmente, como cualquier otro.
Tu
manera de quererme, un viento seco
que me
apresura.
Jenny
Xie
A nivel
del ojo
Traducción
de Marta del Pozo Ortea
Vaso
Roto
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