che’ntender no la può chi no la prova
(que no puede entender quien no la siente)
DANTE
HUMILLACIÓN.
Vergüenza
―no te deslices sobre
las
palabras
como si
fueran
nada―. El
espasmo
que estruja
los
bronquios y los pulmones
que
quiere que tú quieras que no ceje
―sólo
la desaparición―. ¿Entonces
compasión
por uno mismo? ¿No es
sino
desprecio? La compasión
nos
dicen
es
un sentimiento. Como si alguien supiera
―sí, como si
lo supiéramos―
qué significa esto: sentimiento. Y no
precisamente
porque
sea
una palabra abstracta ―pronúnciala
despacio―
sino
porque
rompe
los
huesos
paraliza
la
sangre.
O
porque resucita. O porque mata. Qué es un sentimiento como
compasión.
Quién ha podido de verdad
sentirlo.
Acoger
ese
cuerpo. Lavarle las heridas como si
respiraran.
Ungirlo con el llanto
que no
pudo llorar. Luego abrazarlo como
si
alguna vez hubieras sido
algo
parecido a una madre ―a una
que
supiera
en que consiste eso―. No morir
de su
muerte. Comprender
esa
pena. Esperar
a su
lado
que
vuelva entre los vivos.
Y
sí,
sin
esperanza.
Ada
Salas
Descendimiento
Editorial Pre-textos
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