SOLILOQUIO
Dijiste que el mundo puede brillar en mitad de la
sala
que la
belleza el aire la música los otros
la luz
en la ventana el patio con flores en
invierno
el giro
impredecible de las enredaderas
Dijiste
que nunca más la lluvia tras los ojos
(sin
señalar la herrumbre de los techos
ni oír
cómo cruje
la
madera de mis párpados)
No
temas (añadiste) ― te ayudaré a cruzar la
noche
Eso
dijiste, sí. Pero no sé qué harías
si
supieras cómo ansío
hundir
el puñal bajo los sueños
que no
vuelva
esta
bruma a hablarme de la muerte
ni el
miedo a soltar riendas en los cuartos
Mejor
miénteme
Repite
que el mundo brilla donde estamos
anégame
de prodigios y de engaños
y si te
preguntara por el tronar de jaulas en mis ojos
no
respondas
Sólo
pon punto final a este poema
y
vuelve a mentirme, como siempre
Isabel
Expósito
A
instancias del agua
Pre-textos,
poesía
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