lunes, 7 de noviembre de 2022

ELEGÍA DOBLE UN POEMA DE ARIAS DE SHARON OLDS

 

 

 

 

ELEGÍA DOBLE

 

 

 

Cuando estuve al lado de mis padres, en sus muertes,

en sus últimas horas, en ambas ocasiones,

mi espíritu contuvo el aliento. Estábamos ahí donde

yo no sabía dónde estábamos, como si nuestra

materia fuera espacio, cerca de los límites de su pasaje a

la nada: había planetas prosaicos

que pasaban en silencio, y lunas

luminosas, dándonos la espalda, y canales donde

los átomos se daban la vuelta. Yo estaba allí para

vigilarlos según cambiaban, mi espíritu

estaba a su servicio, pero mis ojos… Mis ojos

los sostenían como los jamones y patatas

enlatadas ante el altar de Acción de Gracias, para ser

bendecidos;

mis ojos estaban enamorados de las temidas casa

de sus cabezas y rostros, los escondrijos,

las yurtas, los iglús traslúcidos de la vida nómada

de un niño,

pero también mis ojos los estaban viendo morir.

Habían estado allí, trabajando en la oscuridad, cuando

nací, y allí cuando mi cabecita, con la sangre de mi

madre, se asomó por primera vez, y luego salió,

y ahora yo estaba allí cuando ellos se iban,

según el orden clásico, el progenitor antes

que los vástagos. Y cuando murieron, mis ojos,

como un brillo de fieras desde los márgenes

de un claro, los vieron muertos, los vieron a uno

transformarse en una blanca orquídea y al otro

en una verde, y luego, uno en un lago

amarillo y el otro en un mar seco y

dorado, y por fin en una nube con la forma de una

calavera, y en una nube con la forma

de un canal pélvico,

los vi transformarse en cosas que habían querido

en su lugar, cosas en las que había almacenado

su imaginario amor hacia mí.

 

 

 

Sharon Olds

Arias

 

Traducción de Andrés Catalán

 

Valparaíso Ediciones


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