martes, 7 de agosto de 2018

UN FRAGMENTO DE MERIDIANOS DE TIERRA DE HASIER LARRETXEA




A la memoria de Seamus Heaney


Aprendieron a escribir con la dicción que cavaba la pala en la tierra de los antepasados que dormitaban en franjas; a la luz de la ventisca primaveral que ondeaba la ropa tendida como única bandera de una vida y su refugio. La escritura es la brecha que secundan la memoria de las polillas y los ladridos del perro sin adiestrar. La tierra, esa resistencia donde florece el almendro. Heredaron el sudor de quienes alzaron su mirada contra viento y tormenta. El empeño de aquellos que esquivaron la amenaza del forastero, que les hablaba en el idioma con el que estrujar la manera de esbozar cielo, manada, refugio. Se quedaron con el siseo de las palabras huérfanas y su tendencia a profanar el idioma ancestral con el que conjurar, a la luna llena, la eternidad y la plenitud de la cosecha. Ofrenda de santos. La escritura, esa despensa donde reposan las genealogías que no pudieron clarear la incertidumbre de las alcobas a la luz del horizonte lunar.


Hasier Larretxea
Meridianos de tierra

Harpo libros


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