sábado, 11 de agosto de 2018

SLEEKIT COWRIN UN POEMA DE SHARON OLDS




SLEEKIT COWRIN



Cuando un cadáver de ratón atrapado yació oculto, durante una semana,
y se quedó enganchado al suelo, empecé a poner
las trampas en algunas de nuestras ensaladeras
florales de porcelana de boda. Luego
una noche cuando una de las trampas salta, la pongo
en el porche, para llevarla al bosque por la mañana, pero por
la mañana me olvido, y también al mediodía, y después
del mediodía el Sauce Llorón es como una cubierta de charnela
en Persia, cuando exponían los cuerpos de los muertos a los
buitres eruditos para hurgar y elegir el texto
de la materia o el texto del espíritu.
El ratón se ha convertido en un túmulo afelpado
excavado por un escarabajo rayado
con rayas de encendidas y de frías
brasas precipitadamente, comiendo se abre camino hacia dentro
del estómago más suave que sucio, los intestinos de ratón
más salados, la cera de abejas y el jabón
detenidos en los pequeños canales intestinales.
Y bichos pequeños como semillas bullen
por todo el pelo, como si el roedor
fuera una fiesta de comida. Y el Nicrphorus
corta y empuja, mece y estremece
su sucio hocico y sus anchos hombros
hacia adentro. Y yo sé, lo sé, debo poner
mi matrimonio muerto fuera en el porche
al sol, y dejar que quien pueda, venga
y se alimente con él lo cambie, lo devuelva
a aquello de lo que fue compuesto,
a la fuente de luz que lo hacía brillar.


Sharon Olds
El salto del ciervo


Versión castellana de:
Joan Margarit Consarnau y
Eduard Lezcano Margarit

Ediciones Igitur

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