LA POLICÍA
ARROJA BOMBAS A LOS MANIFESTANTES
Y yo sigo buscando tus cosas, pequeño
amante en la posguerra
en todo corazón gana un corazón viudo
hablemos sólidamente de ti
piedra de ti, mármol
de ti
no habrá cortesía ni gesta
ni pelvis
nada frondoso en tu rigor
de ningún país se saldrá lozano y múltiple
dejaremos de pensar en el hambre porque
somos el hambre y sabemos
que ningún acto de dignidad hay en su cara
nos dejaron a solas con el hueso y con el gas
y amamos en el hueso y amamos
en el gas
de qué te valió ser un astro muy frío cruzando
el ambiente
este poema es el único pariente bueno que nos queda
otra juventud lidiará entre nosotros
hacia el desagravio y la ternura
serán otros en esta palabra reversible no
no te arrojes limpio en ningún lugar del mundo
no quieras en contra de los hombres
deja que mi mente empiece el conmovedor
movimiento de brazos y piernas que supone bailar
como diciendo gracias
y mi puño se desborda
bermellón como un futuro urgente
María Belén Milla Altabás
Poema de las emociones comunes
Prólogo de Jerónimo Pimentel
Ultramarinos
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