La tristeza púrpura es la tristeza de
la música clásica y de la berenjena, el filo de la medianoche, los órganos
humanos, los puertos clausurados durante una parte del año, las palabras con
demasiados significados, el incienso, el insomnio y la luna creciente. Es la
tristeza del dinero falso y los icebergs vistos desde una canoa. La tristeza
púrpura se puede bailar, pero lentamente, tan lentamente como se tarda en cavar
un pozo para un gigante dormido. La tristeza púrpura es invasiva y más
penetrante que los mayores yacimientos de níquel del mundo, o cualquier otra
tristeza en la Tierra. Es la tristeza de los depósitos, y los tacones que
resuenan por un largo pasillo, en el sonido de tu madre cerrando la puerta por
la noche, dejándote sola.
Mary
Ruefle
Mi
propiedad privada
Traducción
de Patricio Grinberg
Kriller71
ediciones
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