EL CAMINO SE HACE
como
fotografía del fin—
a lenta exposición.
Por lo sensible
o por lo irónico—
reconstruyo la imagen
una irreconocible.
Y como limosna de la verdad
la recibo—
mientras el ungüento
de revelar baña las grietas.
La pérdida
es de menos importancia
que lo que queda atrapado
entre las posibilidades
de un hablar—
si es humano.
Torpemente—
aún la publicidad
que encontramos
en el camino
se salvará por el alma.
Cualquier anuncio—
en la valla
que habrá desaparecido—
es solo la forma
en cuya reducción
se encuentra
la mística
de todo lo desdichado.
Solo su proximidad—
ya asalta.
No hay más pisadas
que las que son el eco, al volver
sobre los pasos—
de lo no vivido.
Y el camino—
es la base, con sus propios
árboles y extremidades—
sobre la que ahondar
en un eje:
que lo sea de un alba
que no va a ser
desmentida…
Julia Castillo
Místico solo
Amargord Ediciones
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