sábado, 27 de octubre de 2018

TINTA CHINA DE ANA ILCE GÓMEZ




TINTA CHINA

En ésta, la sala de mi casa, donde no hay mares ni olas, hay una costa dura para el sueño. Aquí espulgo las horas que pasan. Bebo el brebaje de la tarde y aniquilo de un solo golpe el tiempo. Pereza. Modorra de tener que levantarme cada día con un lado flaco de humildad y otro de miedo. Todo está en contra mía. Predestino un minuto al canto y alguien me avisa que a estas alturas ya mustian las sirenas. Hasta el pez brillante y disecado se disuelve en la más filosa de las aguas. Mi piedra fundamental yace en el fondo de algún río junto al banco de coral, la flor ártica y el moho renegrido, puesto que todo se derrumba, se contrahace y se va a pique. Solo al final, hermanable con mi sueño yazgo ente la hora luna y el sol de siempre, heredando a los míos algo más que una vida para vivir: la dura concha de fuego redomado que como muda de culebra quizá, quizá no sobreviva.


Ana Ilce Gómez
Poesía reunida

Editorial Pre-Textos


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