lunes, 25 de agosto de 2025

DOS POEMAS DE CARMEN PALOMO PINEL EN TU ESPALDA EL DESIERTO

 






Un libro



QUIENES lo abrían

recibían el tizón del ángel.

Poliedros ardían en su frente.

Y un mandato:

desconcertad, desconcertad.



―――――――――――



QUERRÍA estrangular este poema,

matar estas palabras

porque a veces no expresan,

solo ensucian

o entierran

como limo que priva del tesoro.

No hay odio suficiente, de tanto que merecen.

Mira qué inconsecuencia,

mira qué detestable necedad:

pretender envolverte mi amor en este fósil

que llamamos lenguaje

cuando decir lenguaje es triar un ataúd para lo vivo.

Yo querría

que quedara tan solo

lo puro del corazón.

Que él te descubrieras

tan lejano de todas mis palabras,

tan superior a todas.

Que en su fondo no hubiera rastro de ellas

ni de mí.

Pero este poema es también parte

de aquella paradoja de lo humano

que se busca a sí misma

en un deseo

virado a lo imposible.

Por eso aún pretende, temerario,

que sepas que te quiero.

A pesar de ese abismo que separa

el anhelo infinito

de sus menguantes logros,

a pesar de que este poema huele a agua estancada,

a víscera pudriéndose,

a carne en descomposición,

yo te suplico un salto

al vacío:

cree en este amor que en él tienta decirse.

Como todo lo sacro, también la palabra

pide un acto de fe.




Carmen Palomo Pinel

En tu espalda el desierto


XLI Premio Leonor de Poesía 2022


Ediciones de la Diputación de Soria


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