Marie
joven aromática
cuyas uñas son
alas de mariposa
cuyos ojos son
metálicos ciervos volantes
boga
se acerca a Kierkegaard.
El humilde empleado
soñante. [C.3]
Sus temblorosas
fosas nasales
como pequeñas sepulturas
removidas
profanadas por una nueva sensación.
Nadando
Marie
primera secretaria
de la Lurie Co.
se aproxima a Kierkegaard
un collar de rojas cuentas
hace de salvavidas.
Ahora
procede a la entrega
de los tres informes [C.4]
informes que se adhieren
a las manos del empleado
como anillos baratos
que ansían un dedo.
En la estación de Freemont
Contreras toma un café
y también una decisión.
Entre los financieros
de Power Street
que discretamente maquillados
manosean a sus amantes bolivianas
Contreras se siente
jugador y tornadizo [C.5]
volatinero y funámbulo.
Y la estación de Freemont
como una cápsula rosada
de benéficos efectos.
Marie resucita
cada día
cada mañana
resucita ocupando
una millonésima parte
del espacio aniquilado
por la Residencia Lishman
para Mujeres Universitarias.
Antes de las siete
los zapatos de Marie [C.6]
rozan la calle Doe
tras haber caminado sobre el sueño
de la señorita Lishman.
Pedro Casariego Córdoba
«el hidroavión de K.»
Ediciones Tansonville
No hay comentarios:
Publicar un comentario