ESTRELLA SIN HABITANTES
Dicen que la calma viene cuando hablas hacia arriba
que te escuchan las estrellas.
Yo creo que si fuera una estrella tendría cosas
más importantes que hacer
como investigar la cara de la luna o barrer la
porquería. Probablemente me daría igual inspirar
a los modistas y alumbrar la noche de los
delincuentes y de los enamorados porque estoy
muerta y en fin tengo otras cosas que hacer.
Aconsejan que hables con la voz baja,
muy erguida
sosteniendo las palabras en el aire
que te escuchan las estrellas.
Que te escuchan tu padre y el padre de Jorge
Manrique y todos los padres que lo fueron y que
ahora navegan en un polvo de lluvia y planetas y
pienso en mi padre hablando con Aristóteles o
con Hipócrates y su fuera más pequeña eso sería
un alivio.
Pero creo que estas cosas no suceden.
Que él se quedará aquí en el pecho prendido y en
las fotografías manchadas de huellas dactilares.
Muchos hombres que recibieron la curación
necesaria comiendo tranquilos un desayuno de
proteínas y sólo yo pensando en las estrellas y en
que tiene otras cosas mejores que hacer.
Todos los padres en una reunión sobre lo que
somos los hijos en la tierra. Los fracasos en el tenis.
Los nietos como regalos de Navidad en paquetes
pequeños de sangre y saliva.
Todos los padres sobre la misma estrella.
Y yo que ya no creo que estas cosas suceden.
Si fuera más pequeña sería un alivio.
Pero él ya me lo dijo una vez viendo pasapalabra:
Escucha atentamente. Qué había antes.
Nada.
Ya sabemos desde hace tiempo que las estrellas
están muertas.
Alicia Louzao
Cabeza de familia
Lastura
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