«Para presentar al personaje destinatario del mensaje de un texto de autoayuda concebido como ficción, voy a acudir a una imagen de Gerard Genette descrita a partir de este enunciado de Balzac: “Siempre hay alguien al lado”. Este sujeto es distinto del narratario, del personaje al que se dirigen de forma explícita la mayor parte de estos libros tomados como ensayos de consumo masivo. El usted o el tú de la autoayuda, por lo general, y como se verá, es un individuo débil y, al mismo tiempo, infatuado, alguien que busca ser complacido de cualquier manera y que no pretende, casi nunca, ejercer el sentido crítico, pues necesita el consuelo tanto como a menudo busca el halago ―estos últimos rasgos no están, por cierto, demasiado lejos de la actitud que en ocasiones se fomenta desde la llamada “alta cultura”― y quiere creer que las cosas pueden cambiar mediante instrucciones que a veces rozan el conjuro y el pensamiento mágico».
Belén Gopegui
El murmullo
La autoayuda como novela, un caso de confabulación
Debate
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