sábado, 13 de enero de 2024

UN POEMA DE KEREN BRODINE EN MUJER FRENTE A LA MÁQUINA, PENSANDO

 






una vez que compuse todas las páginas, ubico todo en la cinta

y lo engancho a la videosetter para que lo perforen.

después salgo y busco otro trabajo


bajo las escaleras hacia la oficina agobiante donde están Mary

y Rosie y Agnes sentadas bajo la débil corriente de un ventilador.

aquí debe de hacer mil grados”. “sí, y qué frío en la otra oficina”.

ya sabes, hay que mantener frías las computadoras”.


subo las escaleras, paso por la administración atrincherada

detrás de sus escritorios enormes que están de camino a todo.

de camino a la máquina de golosinas.

de camino al baño

de camino al comedor.

hago de cuenta que son invisibles.

hago de cuenta que tienen enormes orejas de elefante.


y porque deben pensar que somos estúpidas para

mandonearnos, ellos se vuelven estúpidos.

saben “que algo está pasando” y espían como topos.

¿cómo pueden notar el movimiento de una ceja por detrás

de sus espaldas? Ellos sospechan que los odiamos porque saben

lo que nos hacen; pero solo somos

negros estúpidos, o puertorriqueños locos, o rubias tontas.


somos su alergia, su pesadilla.

nos necesitan demasiado, con su discurso de que “nos pagan”

un sueldo.

nosotras los sostenemos, montones de metal pesado

y aburrido, anticuado y polvoriento.

tratan de controlarnos construyendo divisiones,

y nos espían mientras hablan por teléfono.

nos hablan lento y claro,

¿CÓMO ESTÁS HOY? AQUÍ ESTÁ TU CHEQUE.




Karen Brodine

Mujer frente a la máquina, pensando


Traducción de Gabriela Raya y María Eugenia Soler


Kriller71 ediciones


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