LA INVITACIÓN
a W. Szymborska
busco
entre las novedades el último libro de mi poeta preferida.
Miro
con suspicacia el rostro de su reciente composición editorial,
no se
ven las arrugas, ni el gesto sonriendo
y el
pequeño dibujo de la portada no me lleva a ninguna parte.
Pago la
cantidad con rigor y rutina pero la transacción
se
resuelve en temblor cuando salgo a la calle.
Comienzo
a calcular,
contando
con representantes, traductores,
editores,
entintandores, distribuidores e impuestos
al fin
obtengo la proporción necesaria para invitarla
a tomar
un café en su país, allí tan lejos
hace
frío, ella ha olvidado los poemas,
hablamos
en un idioma intermedio,
hay
muchas cosas que me tiene que contar que no están en su libro,
para
leerlo ya tendré tiempo.
De
vuelta a casa dejo el libro sobre la mesilla.
En el
desayuno busco la luz adecuada y empiezo a leer.
Se
derrama el café manchando un poco sus páginas.
Esta
invitación azarosa nos une, por el tacto.
Patricia
Esteban
El
rescate invisible
Amargord Ediciones
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