PASTORAL DE CHILE
VII
¡Que canten y bailen, que se rasgue el cielo!
porque han reverdecido los pastos sobre Chile
y mi amor no se ha olvidado de mí
Porque no ondearán
las banderas de luto ni cometeremos falta
cuando arrasados de lágrimas volvamos a
encontrarnos
y mis ojos se iluminen y tu voz se entrecorte
VIII
Despiértate, despiértate y mira al que ha llegado
despiértate y contempla cómo han reverdecido los
pastos
ellos no volverán a secarse ni crecerá la zarza
ni se mecerán sus aviones bajo nuestro cielo
Entonces despierta
despierta con toda tu inocencia y mira al que ha
venido
Por un minuto tiéndele tus brazos
y luego muéstrale como si fueras tú misma
los desiertos resembrados
que ya no volverás a ser tierra sin agua
ni aullarán más a tu paso
como a la yegua loca del camino
Por eso despierta y como si te sorprendieras
soñando
alza hasta mí tus ojos
y después siéntate nuevamente en mis rodillas
y bébeme los pechos igual que antaño
que si tú lo quieres yo seré madre para ti y tú
otra vez
la hija más querida
y nos haremos uno: madre padre e hija par siempre
Entonces despiértate, despiértate riendo que has
llegado
despiértate y desata las cadenas que te tenían
atada
ya no volverás a cargarlas
ni llevarás más sobre tu cuello el peso de la
vergüenza
Porque nuevamente nos hemos visto
y Chile entero se ha levantado para mirarte
¡hija de mi patria!
IX
Ríanse a mandíbula batiente
porque ella y yo nos hemos encontrado
Griten piedras y malezas del campo
que por nuestro amor
las cárceles de las ciudades se derrumban
y las rejas se deshacen
y hasta los candados han cedido
reventándose en los pórticos de los edificios
Por eso ríanse, ríanse que nos hemos encontrado
vuélense de amor por los pastos
Que yo y ella nos queramos para siempre
y que por nuestro amor sean queridas
hasta las puntas de fierro de las botas
que nos golpearon
y que quienes burlándose nos decían
«Bálennos un poco» y nos apagaban sus cigarros
en los brazos para que les bailáramos
que por nuestro amor, sólo por eso, ahora
bailen ellos
embellecidos como girasoles sobre el campo
Miren entonces la enverdecida de esta patria
para que sean benditos padre e hijo
esposa y esposo
para que hasta el león y la leona sean benditos
y después digan quién podrá apagar ese amor
No lo apagarán ni lo ahogarán
océanos ni ríos
X
Yo sé que tú vives
yo sé ahora que tú vives y que tocada de luz
ya no entrará más en ti ni el asesino ni el tirano
ni volverán a quemarse los pastos sobre Chile
Abandonen entonces las cárceles
abandonen los manicomios y los cuarteles
que los gusanos abandonen la carroña
y los torturadores la mesa de los torturados
que abandone el sol los planetas que lo circundan
para que sólo de amor hable todo el universo
Que sólo de amor hablen los satélites y las radios
la noche y los eclipses
las barriadas y los campamentos
Que sólo de amor hablen hasta los orines y las
heces
Porque está de novia la vista
y de casamiento el oído
porque volvieron a reverdecer los campos
y ella está ahora frente a mí
Griten entonces porque yo sé que tú vives
y por este Idilio se encuentran los perdidos
y los desollados vuelven a tener piel
Porque aunque no se borren todas las cicatrices
y todavía se distingan
las quemaduras en los brazos
también las quemaduras y las cicatrices
se levantan como una sola desde los cuerpos y
cantan
con cerros, cordilleras y valles
con dulces y mansos, muertos y vivos
Cantando con todo cuanto vive esta prometida del
amor
Que puede florecer desiertos y glaciares
XI
Que griten, que se emborrachen, que se vuelen de
júbilo
que silben de alegría todos los habitantes de Chile
como corderos saltando en el pasto
como fuegos artificiales
Que enloquezca de tanto reírse cuanto sea que ahora
viva
los desiertos del corazón y las nieves del alma
la soledad que canta
y en la dichosa asciendan juntos sentimientos y
paisajes
glaciares de la Antártida y glaciares de la mente
piedras de Chile y corazones de piedra
Que la luz nos derrita los ojos y se nos quemen las
manos
sólo porque estamos contentos
y que por eso se nos empañen las pupilas
y se nos vayan de fiesta los brazos y las piernas
Porque lo que moría renació y lo vivo vivió dos
veces
Porque volvió a brotar el amor que nos teníamos
y ahora caminas libre por las calles
tú que estabas cautiva
XII
Porque han vuelto a florecer los pastos
Chile entero se despierta
y sus cielos se levantan y están de fiesta
También tú, que caminas llorando
ahora te levantas de fiesta
con todo cuanto vive, despierta
como en Idilio General
Raúl
Zurita
Anteparaíso
Versión
final
Lumen
No hay comentarios:
Publicar un comentario