domingo, 16 de agosto de 2020

DOS POEMAS DE ESTRUCTURAS DISIPATIVAS DE CLARA JANÉS


 

 

 

LAMENTO

 

 

 

Con circulares graznidos

quiebran los cuervos el espacio

mientras, en tierra,

el polluelo agoniza.

 

Y queda ya mansa el ala

sin que elevarla pueda

la nasa de las voces.

 

Tú has vencido la negrura

y tus manos depositan

el diminuto cuerpo

bajo la hojarasca.

 

Yo me quedo en la grieta

de la oscuridad,

cruzada por el filo del lamento

que escolta

la fuga de la vida

hacia su enigma.

 

Y persigue este luto

ese grito

que rasga las vestiduras del aire

y desciende.

 

Y que acogen los árboles

ensombrecidos.

 

[En Berlín, con Juana Vera.]

 

 

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EL DON DE LA CONCIENCIA

 

 

 

Guardaba el árbol

su perfil intacto,

pero la fuente

se transformó en lúcido recinto

y descubrió del origen

el latido en plural extensión,

esbozo de un paisaje,

suavizadas las aguas en ondas

y las ondas en islas ansiando definirse.

¿Qué podía alcanzar

su intento tanteante?

 

Solo el adiós

conoce la quietud

y la verdad del des-hacerse…

 

Y aunque en el universo

la raíz quiere ser ancla,

 

la muerte impone

su confín

al estar nuestro.

 

 

 

Clara Janés

Estructuras disipativas

 

Tusquets Ediciones


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