CÍRCULO
Aquí está
mi camino, mi verdad,
la vida
toda
resumida
en el ángel.
Trigo mío,
cabello
del
color de la mies y la langosta.
Un racimo
de
dátiles tu tez bajo la exacta
medida
de mis dedos. Bucles tiernos
de sol
para mis manos estas
barbas
en flor que maduraban
como
piel de limones, todavía
tan
niñas. ¡Qué hondo el río tan hondo
azul de
tus pupilas creciéndole al desierto!
¡Retiraos
al fin todos, no queráis
interrumpir
su sueño!
Y duerme
tú sin miedo, madre espiga,
mi
sueño, mi alamar, mi niño mío…
Nada
temas, estoy
aquí
para velarte. Y si sola una gota
de miel
se deslizara de tus labios,
yo su
dulce
soledad
le robaría a la luna.
Juana
Castro
No
temerás
Torremozas
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