sábado, 1 de diciembre de 2018

MICROBIOLOGÍA DE LAS PILAS DE AGUA BENDITA UN POEMA DE MERCEDES CEBRIÁN




MICROBIOLOGÍA DE LAS PILAS DE AGUA BENDITA


El agua que aquel cura bendijo no sana las heridas
del soldado sino las gangrena. La madre
va a diario al hospital y rocía a su hijo lacerado
con gotitas de un agua donde los feligreses
han metido las manos después de trabajar entre semana,
o los domingos tras leer el periódico.
El microscopio y el milagro no son compatibles. La microbiología
suele tener la última palabra,
el Policlínico Gemelli es el lugar idóneo para restablecerse.
Si fallasen los desfribiladores
habría que recurrir al milagro. No se fuerza
el milagro: se concede, viene si le apetece,
si el sujeto merece que se actúe sobre él.
¿Milagro o cataclismo?, difícil distinguir
entre dos. Ambos son azarosos: agazapados tras la puerta
seguimos esperándolos, pendientes del menor
atisbo de su encuentro.



Mercedes Cebrián
Malgastar

La Bella Varsovia


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