XVII.
habría que
conjurar una flota bravía para sofocar las huellas
habría
que carcomer los fustes del desgarro, el aleteo de la ley y de la ira
habría
que desdecir la púrpura, el vértigo, el incipiente
misterio
de la aurora, la brecha ebúrnea del sueño, las
albricias
habría
que disputar laureles, tronos, crucifijos,
confundir
mensajero, oráculo, tirano y plaga
desviar
el vuelo de los buitres y retorcer el cuello
de las
madres, ateridas, santas madres, siempre
siempre
secándose las manos
que
trastrocar habría la trama
incidida
en la piedra, urdida
en tinta,
en bronce, en el añil
tanta
pequeña voz zumbando engaño y fraude
tanto
entimema de sangre hurgando bajo el faldón
habría
que
habría
que
desfacer aporías, puentes, traducciones, vórtices
de
vacuidades
y
demoler la trampa el poderoso
andamiaje
del
desprecio y del miedo
una vez
y otra
y otra
cada
una
para
izarse
leve
y
cierta
y
luminosa
esclarecida
en sí
y de sí
primera
y mágica
Mercedes
Roffé
El
desierto y el oro
Ril
editores
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