martes, 25 de abril de 2023

EN POINT OF NESS Y OTROS DOS POEMAS DE KATHLEEN JAMIE EN LA CASA EN EL ÁRBOL Y OTROS POEMAS

 

 

 

En Point of Ness

 

 

El campo de golf se desplaza

nerviosamente junto a la pista

donde la farola se funde

en una tenue frontera con la oscuridad invernal.

Cruzo, entonces, desamparada como un barco,

he de dejar que la noche me cargue, antes

de seguir moviéndome entre paredes de piedra seca

apenas percibidas; aves diurnas acurrucadas en algún rincón.

 

Esta noche ruge la oscuridad.

Hasta el barracón Nissen

de los pescadores parece respirar

junto a su desove de nasas,

un temible encallamiento. Sigo caminando,

hacia la playa, el entero archipiélago

puesto como un flotador

de cara al cielo. Ahora

 

me ha pillado un viento; el aliento se hiela,

y cuento, para calmarme, los faros

del estrecho mientras brillan y se apagan

sobre las olas, Graemsay

emite un largo y sistólico cinco

a uno de oscuridad. Hoy, un distante

dos: dos; boyas dispersas

parpadean donde los escollos se ahogan, luego

hacen cortes en mar y estrellas, luego

florecen nuevamente, raros lirios

se marchitan y florecen, hasta que,

con temor en el corazón, por fin

lo comprendo:

nunca                 jamás

dañes-es algo

que jamás podrás hacer

 

y corro –ese constante bramido,

la vena negra de la pista; hacia salobres

ventanas encendidas y mi puerta…

 

 

―――――――――――

 

 

Ulmarias

 

(La tradición sugiere que ciertas poetas gaélicas

eran enterradas bocabajo)

 

Así que la enterraron, y volvieron a casa,

un apagado salmo flotaba

en torno a ellos como niebla en el mar,

 

sin saber que el líquido

que corría en hilo de sus labios

buscaría su camino abajo,

 

y que presas en su lentamente

desenmarañada trenza de pelo canoso

había semillas de verano:

 

ulmarias, melisa silvestre,

prendas de honestidad, ya

comenzando a trepar

 

hacia la luz, mostrándole así,

llegado el momento,

cómo desenterrarse,

 

subir a la superficie y saludarlas,

joven la boca, y de nuevo plena

de barro, de saliva y de poesía.

 

 

―――――――――――

 

 

La playa

 

 

Ahora que este viento del oeste

ha amainado,

vayamos a la playa tormentosa.

 

Unas cuantas almas valientes

estarán ya allí contemplando

la madera a la deriva,

 

los montones de deshilachada

soga azul de polipropileno,

suelta, lanzada de nuevo hacia nosotros.

 

Menuda especie,

todavía trabajando la misma

bahía curva, todos nosotros

 

esperando lo maravilloso,

todos anhelando un cambio de vida.

 

 

 

Kathleen Jamie

La casa en el árbol y otros poemas

 

Traducción de Antonio Rivero Taravillo

 

Tierra de Sueños


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