fr.
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Un
sudor inexplicablemente repentino me recorre la piel
Mira fijamente, quizás critica.
Sudor.
Sólo es sudor. Pero me gusta mirarlos.
La
juventud es un sueño al que acudo cada noche
y del
que me despierto con sólo este pequeño manojo saltarín
de
arterias en la mano.
Es
duro, cariño, que lo manden a uno más allá de sus fronteras.
Con una
piedra en cada ojo.
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Unas
pocas palabras sobre la impermeabilidad
Franz
Kafka era judío. Tenía una hermana, Ottla, judía. Ottla se casó con un jurista,
Josef David, no judío. Cuando en 1942 se introdujeron las leyes de Núremberg en
Bohemia-Moravia, la sosegada Ottla sugirió a Josef David que se divorciaran. Él
al principio se negó. Ella mencionó las formas de los sueños y la propiedad y a
sus dos hijas y un enfoque racional. No hizo la mención, porque aún no conocía
la palabra, de Auschwitz, donde moriría en octubre de 1943. Después de poner en
orden el departamento hizo una mochila y Josef David les dio un buen repaso a
sus zapatos. Les aplicó una capa de grasa. Ahora son impermeables, dijo.
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Unas
pocas palabras sobre Sylvia Plath
¿Viste
a su madre en la televisión? Decía cosas sencillas, quemadas. Decía lo
consideraba un poema excelente pero me hacía daño. No decía miedo selvático. No
decía odio selvático salvaje llanto selvático córtalo córtalo. Decía autonomía
decía fin de camino. No decía tarareando en mitad del aire lo que viniste a
cortar.
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Unas
pocas palabras sobre Charlotte
La
Srta. Brontë y la Srta, Emily y la Srta. Anne solían recoger su labor de
costura después de los rezos, y caminar las tres una tras la otra alrededor de
la mesa del salón hasta casi las once en punto. La Srta. Emily caminó hasta que
no pudo más, y cuando murió la Srta. Anne y la Srta. Brontë cogieron el
testigo: y ahora me angustia el corazón escuchar a la Srta. Brontë caminar,
seguir caminando sola.
Anne
Carson
Agua
Corriente
cielo eléctrico
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