La
medida de mi madre
No sé
si te lo he dicho:
mi
madre es pequeña
y tiene
que ponerse de puntillas
para
besarme.
Hace
años yo me empinaba,
supongo,
para robarle un beso.
Nos hemos
pasado la vida
estirándonos
y agachándonos
para
buscar la medida exacta
donde
poder querernos.
Últimamente dedico horas y horas
a mirar
a mi madre.
Su
lentitud y su tesón
para
buscar las gafas,
para
buscar las llaves,
para
buscar lo que necesita.
Aprendo
el modo de buscarla a ella,
para
cuando me falte.
Cuánto cuesta adaptarse
a la
horma de mi propio pie
que es
mi madre.
A veces
rozadura en la piel
de tan
apretada
a veces
con holgura suficiente
para
que quepa un calcetón
tejido
de paciencia.
Madres
Begoña
Abab
Pregunta
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